Factores que afectaran el crecimiento económico de México en la segunda mitad de 2020 según el Banco de México
Como parte del informe del primer trimestre del Banco de México, el banco central, enumera los riesgos que presentara la economía mexicana, durante lo que resta del 2020, los cuales cambiaron drásticamente debido a la crisis económica provocada por la pandemia del Coronavirus, los cuales fueron contemplados a la hora de proyectar los 3 posibles escenarios que enfrentara la economía mexicana durante el resto del 2020 y durante 2021.
Escenario de afectación tipo V, los daños económicos provocados tanto por la debilidad de la demanda externa causada por la pandemia, como por una menor producción de diversos sectores de actividad en cumplimiento de las medidas de distanciamiento social– se concentran en el primer semestre del año. Posteriormente, se supone una recuperación relativamente rápida de la actividad económica, que persiste a principios de 2021, normalizándose el ritmo de crecimiento de la actividad en el resto del horizonte. Ello resultaría en una contracción del PIB de -4.6% en 2020 y una expansión de 4% en 2021.
Escenario tipo V profunda, las afectaciones a la actividad económica son más intensas y se extienden al tercer trimestre del año, para luego presentar una reactivación hacia el cierre del año y durante 2021. Bajo los supuestos de este escenario, descrito en el Recuadro 2, ello daría lugar a una caída del PIB de -8.8% en 2020 y un crecimiento de 4.1% en 2021.
Escenario de afectación tipo U profunda, la debilidad de la actividad económica causada por el choque en el primer semestre de 2020 se extiende durante el resto del año, seguido de una recuperación lenta durante 2021. Ello ocasionaría un retroceso del PIB de -8.3% en 2020 y una disminución adicional de -0.5% en 2021.
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Los principales factores, que determinaran el escenario que enfrentara la economía son los siguientes:
Perdida de empleos
La incertidumbre en torno a las previsiones de crecimiento se traduce, a su vez, en incertidumbre respecto de las expectativas para la variación del número de puestos de trabajo registrados en el IMSS. Con base en los escenarios descritos se presenta un rango amplio de posibles resultados para este indicador. Así, en 2020 podría observarse una variación negativa de entre 1,400 y 800 mil puestos de trabajo, en tanto que para 2021 se podría presentar una variación de entre -200 y 400 mil puestos de trabajo.
Déficits en la cuenta corriente
La incertidumbre sobre el desempeño del comercio internacional y la actividad económica tanto a nivel interno como global, aunado a la volatilidad del tipo de cambio y posibles intermitencias en las cadenas globales de valor, también se traducen en una amplia incertidumbre sobre los flujos comerciales y demás rubros de la cuenta corriente.
Por ello, al igual que con las demás previsiones incluidas en este Informe, se presenta un rango amplio para las expectativas del saldo de cuenta corriente. En particular, la debilidad de la actividad global podría derivar en menores ingresos por remesas, un menor saldo en la balanza de viajeros internacionales y una menor demanda externa por bienes mexicanos, lo que presionaría hacia un mayor déficit de cuenta corriente. No obstante, ello podría verse contrarrestado, por un tipo de cambio más depreciado, lo cual favorecería principalmente las exportaciones de mercancías y, por ajustes a la baja en las importaciones del país derivados tanto por la caída esperada en la demanda interna como por el mayor nivel del tipo de cambio.
Así, para 2020 se podría observar un saldo en la balanza comercial de entre -4.8 y 4.6 miles de millones de dólares (-0.5 y 0.5% del PIB) y un saldo en la cuenta corriente de entre -15.1 y -3.1 miles de millones de dólares (-1.5 y -0.3% del PIB). Para 2021 se podría registrar un saldo en la balanza comercial de entre -7.2 y 4.5 miles de millones de dólares (-0.6 y 0.5% del PIB) y un saldo en la cuenta corriente de entre -20.5 y -4.6 miles de millones de dólares (-1.8 y -0.5% del PIB).
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Riesgos para el crecimiento económico
En un entorno de marcada incertidumbre y en el que todos los escenarios incorporan profundas afectaciones a la actividad económica, deben enfatizarse los diversos riesgos que se enfrentan.
Entre los riesgos a la baja destacan:
1.- Que, con el objetivo de evitar mayores contagios,
se prolonguen las medidas de distanciamiento social o se implementen medidas
más estrictas, ocasionando una mayor o más prolongada parálisis de la actividad
económica, tanto a nivel global, como nacional.
2.- Que se observen episodios adicionales de
volatilidad en los mercados financieros internacionales originados por una
mayor aversión al riesgo o por una pérdida de confianza de los inversionistas
dependiendo de la evolución del brote de COVID–19 a nivel mundial, o como
resultado de otros acontecimientos, tales como el proceso electoral en Estados
Unidos u otros elementos geopolíticos, afectando los flujos de financiamiento
disponibles para las economías emergentes.
3.- Que las medidas de apoyo adoptadas, tanto a nivel
nacional, como internacional, no sean efectivas o de suficiente alcance para
evitar cambios en la estructura productiva más duraderos como resultado, por
ejemplo, de quiebras de establecimientos o histéresis en el desempleo.
4.- Que las secuelas de las afectaciones causadas por
la pandemia sobre la economía sean más permanentes si, por ejemplo, implican
rompimientos en las cadenas globales de valor o posiciones más proteccionistas
en distintos países. En particular, en un contexto de elecciones presidenciales
en Estados Unidos, las diferencias que persisten entre ese país y algunos de
sus principales socios comerciales podrían acentuarse ante el entorno de
emergencia sanitaria prevaleciente.
5.- Que se observen deterioros adicionales en la
calificación de la deuda soberana y de Pemex, lo que podría afectar aún más el
acceso a los mercados financieros.
6.- Que persista la debilidad de los componentes de la demanda agregada que venían presentando incluso antes del episodio de pandemia. En particular, que persista el ambiente de incertidumbre interna que ha afectado a la inversión y que ello ocasione que se difieran aún más planes de inversión o que los consumidores reduzcan su gasto de manera precautoria.
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Entre los riesgos al alza para el crecimiento en el horizonte de pronóstico destacan:
1.- Que las medidas de contención y distanciamiento
social sean más efectivas a lo previsto para contener la propagación de COVID–19
y evitar una saturación de los sistemas de salud, apoyando la confianza en la
economía y las expectativas de una recuperación vigorosa.
2.- Que los estímulos que se han otorgado a nivel
internacional y nacional sean efectivos para proteger el empleo y la planta
productiva, preservar las cadenas globales de valor, reducir los riesgos
sistémicos, restaurar la confianza de consumidores e inversionistas, y, en
general, contrarrestar las secuelas de la pandemia y apoyar la recuperación de
la economía. Que todo lo anterior conduzca a que las afectaciones sean menores
a las anticipadas y que, en consecuencia, la recuperación de la economía global
sea rápida y vigorosa.
3. Que la próxima entrada en vigor del T-MEC propicie
una inversión mayor a la esperada.
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