México no puede costear un ingreso básico universal, pero sí un seguro temporal de desempleo

Conforme se disipan las posibilidades de volver a una normalidad anterior a la pandemia del coronavirus, y las proyecciones económicas para el próximo año son cada vez menos optimistas, nos vamos haciendo a la idea de que tanto nuestras vidas como la economía mundial no volverán a ser las mismas una vez termine la cuarentena. De acuerdo con los datos oficiales, al momento se han perdido 750 mil empleos formales, y 12 millones de personas dejaron de laborar sin goce de sueldo o perdieron sus ingresos, esta realidad ha provocado el surgimiento de varias propuestas para que en México se establezca un sistema de ingreso universal temporal, las cuales consisten en entregarle a los ciudadanos un ingreso básico durante 4 y 6 meses, para de esta manera solventar los efectos del desempleo. Pero ¿puede México costear el sistema de ingreso universal de estas proporciones? Y ¿puede el ingreso universal ser la solución a la crisis provocada por el coronavirus?

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¿Por qué el ingreso básico universal podría ser la solución ante la crisis económica?

La cuarentena generalizada que tuvieren que imponer los distintos gobiernos tanto de México como del mundo, ha provocado una drástica caída en la demanda agregada de la economía, debido a que una gran proporción de la población se encuentra confinada en sus hogares, han reducido sus gastos tanto en bienes y servicios no esenciales como en transporte, lo que ha provocado que todas las empresas que suplen a estos sectores están en serios problemas. Tal y como lo he mencionado en otros artículos, para contrarrestar dicha caída en la demanda agregada, el gobierno de México debe implementar medidas anticíclicas que estimulen la economía y contrarresten la caída en la actividad económica, y una de las medidas anticíclicas que el gobierno de México puede implementar es un programa temporal de ingreso básico universal.

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¿Es posible implementar un programa de ingreso básico universal en México?

La definición más básica de ingreso básico universal, es cuanto el estado le provee a todos sus ciudadanos de un ingreso suficiente para el costo mínimo de vida, lo cual significa que, en el caso de México, el gobierno le pagará el equivalente a un salario mínimo a todos los mexicanos, con el cual según el CONEVAL alcanzaría para cubrir los gastos mínimos para sobrevivir.

Pero el decirlo es mucho más fácil que hacerlo, pues México no cuenta con instituciones de alcance universal que puedan distribuir el ingreso básico universal sin generar nueva burocracia, y cuyo objetivo pueda ser alcanzado de forma rápida, debido a las condiciones de contingencia en que nos encontramos. Si consideramos como los países desarrollados han intentado implementar este tipo de programas, en México se tendría que recurrir al IMSS como los países europeos o al SAT como Estados Unidos para distribuir el apoyo económico, pero ninguna de estas dos instituciones tiene un alcance para toda la población, aproximadamente solo el 40% de los trabajadores mexicanos cotizan en el seguro social, y la misma proporción paga impuestos, por lo que solo esa parte de la población podría ser alcanzada.

La implementación de un ingreso básico universal en México, es casi imposible incluso sin considerar el capital económico que se requiere para implementarlo, y este sería el peor momento fiscalmente hablando para intentarlo, pues las finanzas públicas de nuestro país se encuentran al límite en este momento, tan solo para sortear las necesidades del sector salud para afrontar la pandemia, y serán mucho peores en el mediano y corto plazo, debido a la caída en la actividad económica provocada por la crisis económica del coronavirus, la cual se traducirá en un menor ingreso por impuestos, por la caída en los precios del petróleo que provocarán menos ingresos por la venta de petróleo y a un mayor costo en el pago de la deuda pública provocada por la devaluación del peso.

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Pero un seguro temporal de desempleo si es posible

Según cifras del propio gobierno federal, los diferentes programas sociales que actualmente se están aplicando tienen un alcance de 51.5 millones de personas lo que equivale al 41.7% de la población del país, más el 40% de la población que cotiza en el IMSS, lo cual sumada al 7% de mexicanos que trabajan en el gobierno los cuales no han perdido sus ingresos y 5% que reciben algún tipo de pensión, obtenemos un alcance aproximado de 94% de la población.

Entonces tomando en cuenta lo anterior, y debido a las limitaciones fiscales del gobierno federal, se le puede dar otro sentido a la propuesta de los legisladores, y convertirla en un seguro de desempleo temporal, el cual no se le entregue a toda la población sino solamente a aquellos que han perdido sus empleos en este año y que cotizaban en el seguro social, los cuales se encuentran bien identificados tanto por el IMSS como por el SAT. Por lo que al ser un programa más pequeño es más viable su implementación y al ser focalizado únicamente en aquellas personas que perdieron su empleo su eficiencia será mucho mayor.

Para lograr los efectos necesarios, un programa como este debe ser complementado con la eficiente aplicación de los programas sociales del gobierno federal, ya sea en sus condiciones actuales, o ampliado para llegar a una mayor población. Lo cual no representa ningún problema, ya que el presidente López Obrador nos ha repetido una y otra vez que su estrategia para contrarrestar los efectos de la crisis causada por la cuarentena del coronavirus, es a través de la entrega de recursos a la población, mediante los programas sociales de su gobierno.

Por lo que de esta manera se puede aprovechar la estructura gubernamental que ya existe para implementar un programa que de forma temporal apoyo a aquellos mexicanos que han perdido sus empleos, sin alterar el sentido de la idea del presidente sobre como de estimularse a la economía de México, y si bien un apoyo temporal de un salario mínimo no es suficiente para muchas personas, si este se suma a las prorrogas que han otorgado muchas instituciones financieras en el pago de créditos hipotecarios entre otros tipos de créditos, este ingreso le permitirá a aquellos que se han quedado sin empleos subsanar sus necesidades mas básicas, al mismo tiempo que se apoya a la economía del país proporcionándole a los trabajadores un ingreso temporal que podrán gastar en bienes y servicios y de esta manera contrarrestar un poco los efectos de la crisis económica causada por la cuarentena del coronavirus.

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