¿Por qué México no tiene la capacidad de costear un plan de rescate económico?


Mientras nos acercamos al pico de la pandemia del Coronavirus, y los efectos de la crisis económica causada por la cuarentena, crecen día a día, la presión hacia el presidente López Obrador y su gobierno se incrementan, para que este haga algo para evitar que más personas caigan en condiciones de pobreza, debido a la masiva pérdida de empleos causada por la cuarentena. Pero independientemente de la cerrada negativa del presidente de ver más allá de sus programas sociales, como solución a la crisis, y a su ya conocida aversión a la deuda pública ¿puede México costear un programa de estímulos económicos?, tal y como lo están haciendo casi todos los países del mundo en sus respectivas proporciones.

La cuarentena generalizada, que se tuvo que imponer para contrarrestar los efectos de la pandemia del coronavirus, ha causado una crisis de demanda agregada en la economía mexicana, que ya le a costado el ingreso a 12 millones de mexicanos, por esta razón la solución para este tipo de crisis económicas, es la implementación de políticas anticíclicas, las cuales  estimulan la demanda agregada del país mediante gasto del gobierno, principalmente a través del reparto de recursos a la población, y  la construcción de obra pública.

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Una vez explicado qué es un programa de estímulo económico, y que la implementación de este tipo de programas no solamente está justificada, sino que sería una medida de primeros auxilios para la economía, lo cual nos permite entender que el recurrir a la deuda pública para financiarlo no es un error, debido a que la deuda pública es una herramienta de finanzas públicas, diseñada para ser utilizada en periodos de crisis, y pagada en periodos de opulencia o estabilidad. Entonces suponiendo que el presidente López Obrador cambiara de opinión, sobre su negativa al uso de deuda pública, a continuación, analizaremos la viabilidad, y las limitantes de que México implemente un programa de estímulo económico adecuado a la situación económica que estamos viviendo.

Las tasas de interés, y los efectos de la devaluación del peso

Como lo mencionara en varias de sus entrevistas el secretario de hacienda, precisamente para justificar por qué el gobierno del presidente López Obrador no ha implementado un programa de estímulo económico,  México tiene una de las tasas de interés más altas del mundo, sobre todo en comparación con países similares al nuestro, por este motivo el recurrir al uso de deuda pública es más caro para México en comparación tanto con los países que implementaron grandes programas de estímulos como Estados Unidos, Alemania, España, como con países similares como Chile, Perú o Costa Rica.

Entonces si el gobierno mexicano se decidiera a contratar deuda para financiar un programa de estímulo, este estaría limitado por el costo de contratarla, además que debido a la devaluación de más del 30% del peso frente al dólar en lo que va de la pandemia, provocó que el monto real de la deuda pública del país se incrementara un 13%, lo que se reflejó en un incremento en el nivel de endeudamiento de México el cual llegó al 52% del PIB, incluso a pesar de que el gobierno del presidente López Obrador no ha contratado nueva deuda pública, por lo que este incremento en los niveles de endeudamiento representa una nueva limitante a la capacidad del país para contraer nueva deuda.

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La carga de Pemex en las finanzas públicas

Desafortunadamente para México, la pandemia del Coronavirus, llegó en un momento en que las finanzas públicas del gobierno federal, estaban siendo sometidas a una presión sin precedentes, debido al desvío de recursos públicos hacia el rescate de Pemex, el cual según el presupuesto aprobado para 2020 representará el 50% de las inversiones del gobierno. Lo cual representa solamente el principio del problema debido a que Pemex es la empresa petrolera más endeudada del mundo, y el solo pago de esta compromete la operabilidad de la paraestatal, por lo cual la intervención del gobierno federal es imprescindible, debido a que dicha deuda está respaldada, por el gobierno federal, lo que significa que si Pemex se declara en suspensión de pagos, su deuda  pasa a convertirse en deuda pública de México, lo que no sólo elevaría los niveles de endeudamiento de México, sino que contaminaría la deuda total del país, lo cual provocaría que nuestras tasas de interés se incrementen.

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Independientemente de que estemos de acuerdo o no en la estrategia del gobierno federal en el rescate de Pemex, la realidad es que su rescate tenía comprometidas las finanzas públicas del país desde antes de la pandemia, la cual solo ha agravado este problema, principalmente debido a la caída de los precios del petróleo, los cuales se encuentran muy por debajo de lo presupuestado, lo que significa que el gobierno federal obtendrá menos ingresos provenientes de la venta del petróleo, por lo que el gobierno del presidente López Obrador muy seguramente se verá obligado a caer en déficit presupuestal, tan solo para mantener las obligaciones que ya tenía antes de la pandemia, y a esto debemos sumarle los gastos de en materia de salud, en los que ha tenido que incurrir el gobierno para hacer frente a la pandemia.

Los programas sociales y su carga presupuestaria

Adicionalmente de la presión del rescate de Pemex en el presupuesto federal, los gastos relacionados con los programas sociales del presidente, absorben el 63% delpresupuesto programable del 2020, lo cual ha provocado que para financiar estos programas, el gobierno federal haya interpuesto un programa de austeridad extrema, que incluso ha comprometido la propia operatividad del gobierno, lo cual quedó en evidencia en las etapas iniciales de la pandemia, cuando en la mayoría de los hospitales no se contaba con los suministros para garantizar la seguridad del personal médico, y el gobierno federal tardó semanas en resolver este problema, principalmente debido a la pérdida de operatividad que dificulto el hacer llegar los suministros de forma rápida a cada hospital del país donde se necesitaban.


Entonces, si debido a como se comentó anteriormente, los ingresos del gobierno federal serán menores debido a la caída de los precios del petróleo y la caída en la actividad económica, más el incremento en el gasto de salud, pondrán en riesgo el financiamiento de los programas sociales del gobierno federal, los cuales atienden a la población más vulnerable del país, la cual debido a la pandemia no debe dejar de recibir los ingresos de dichos programas porque los problemas de demanda agregada del país se incrementaran aún más, además de que la falta de estos ingresos adicionales impactaran directamente en los niveles de pobreza del país.


En conclusión, las finanzas del país ya estaban bajo extrema presión antes de la llegada de la pandemia, a lo cual debemos agregarle  la caída en los ingresos del gobierno federal, lo que significa que el gobierno deberá recurrir a recursos adicionales tan sólo para cumplir con sus obligaciones ya presupuestadas y para hacer frente a la pandemia, y el presidente se ha encargado de recordarnos en innumerables ocasiones, que si tiene que elegir entre financiar sus programas sociales o algún otra necesidad del país, escogerá siempre sus programas sociales.

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