La COPARMEX quiere rescatar a las empresas, AMLO quiere rescatar a los más pobres, pero nadie rescatara a los trabajadores.

La manera en que el gobierno del presidente López Obrador ataque ambas crisis la sanitaria y la económica provocadas por el Coronavirus, se está perfilando como la manera en que su gobierno será juzgado en la historia de nuestro país, pero por lo pronto los distintos frentes políticos están aprovechando esta época de incertidumbre y de toma de decisiones difíciles, tanto para criticar al gobierno federal, como para presentar propuestas serias sobre cómo deben afrontarse tanto la crisis sanitaria como la crisis económica. En lo que respecta a la coyuntura de la crisis económica, contrasta la visión del presidente que plantea que la solución es hacer llegar los apoyos económicos de los programas sociales del gobierno federal a los mexicanos más pobres, y la propuesta de la oposición liderada por la COPARMEX que piden se rescate a las empresas del país para proteger los empleos de los trabajadores mexicanos, quienes quedan una vez más en medio del fuego cruzado, ya que según el debate nacional se entregaran apoyos económicos a los más pobres o a los empresarios, mientras millones de trabajadores pierden sus empleos quedando literalmente a la deriva en medio de la peor crisis que se haya registrado en la historia de nuestro país.

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Pero afortunadamente, es más fácil de adaptar la visión del presidente hacia un rescate para los trabajadores que hacia un rescate a las empresas, pues cada vez que se le cuestiona al respecto comenta que no implementará un rescate para los empresarios, ya que no creara otro FOBAPROA, y al parecer esa es una visión de la situación, demasiado arraigada en su subconsciente como para cambiarla, debido a que en su mente cualquier apoyo económico que termine en manos de los empresarios equivale a repetir el FOBAPROA de los años 90’s. Entonces tomando en cuenta este factor que nos guste o no es el más importante, ya que la decisión final recaerá en el presidente López Obrador, y será mucho más fácil el convencerlo de apoyar a los trabajadores mexicanos que a los empresarios.

Como lo he mencionado en repetidas ocasiones, la crisis económica causada por el coronavirus es una crisis de demanda, debido a que la cuarentena generalizada a obligado a la gran mayoría de las personas a reducir sus gastos en bienes y servicios, y cada vez nos es más claro que la recuperación económica no será rápida, debido a que el avance de la pandemia del coronavirus no se detiene, y las restricciones a la población se mantendrán durante varios meses, ya que  aunque gradualmente se vaya abriendo la economía no todas las actividades se podrán reiniciar de inmediato, como las actividades turísticas, eventos o la mayoría de actividades de esparcimiento como bares y restaurantes. Lo que significa que muchos empleos van a tardar varios meses en recuperarse, lo que prolonga la recuperación económica y muchas personas se mantendrán desempleadas durante este periodo.

Según un estudio del CONEVAL, hasta 12 millones de mexicanos podrían caer en condiciones de pobreza, siendo los más vulnerables los trabajadores, quienes están perdiendo sus empleos más rápido que nunca y no todos los recuperarán una vez termine la cuarentena. Para contener este problema es urgente que el gobierno federal implemente algún tipo de apoyo para quienes han perdido sus empleos, quienes al 30 de abril sumaban 750 mil, y se espera que superen el millón cuando se publiquen las cifras de mayo. Aquí es donde un seguro temporal de desempleo se vuelve una necesidad, que no solamente le proporcionará un ingreso a quienes se encuentran desempleados, sino que también incentivaría a la economía en general al incentivar la demanda de bienes y servicios. 

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Sin lugar a dudas un seguro temporal de desempleo, sería la mejor solución para evitar que los índices de pobreza de México se disparan, por la crisis del coronavirus, debido a que a diferencia de los programas sociales del gobierno federal, este podría ser un programa completamente focalizado, dirigido exclusivamente a quienes hayan perdido su empleo durante 2020 y se encuentren desempleados actualmente, o a quienes se encuentren desempleados en este momento y hayan cotizado un número predeterminado de semanas consecutivas en el seguro social. De esta manera se dirigirá un apoyo temporal justo a la población que lo necesita en este momento, quienes están plenamente identificados debido a que están registrados tanto en el IMSS como en el SAT, por lo que cualquiera de las dos instituciones podría repartir el apoyo.

Si hay un momento en que el presidente López Obrador debe ser flexible en la manera en que concibe como debe funcionar su gobierno es este, pues la pandemia del coronavirus poco a poco se está convirtiendo en la contingencia más grande que haya enfrentado nuestro país desde la revolución mexicana. Es de comprender que se deba de apoyar a la población más pobre del país, pero no son la única población vulnerable de México, y la mayoría de los trabajadores que están perdiendo sus empleos, si bien no viven en pobreza extrema, sus condiciones de vida no son mucho mejores, y sus finanzas personales son extremadamente vulnerables ante la pérdida de sus ingresos, debido a que no cuentan con ahorros. Además que a diferencia de los beneficiarios de programas sociales, los trabajadores si contribuyen al desarrollo de nuestro país, mediante el pago de impuestos y contribuciones de seguridad social, a cambio de los cuales reciben un deficiente servicio de salud y servicios públicos de tercer mundo, sin contar con que son ignorados por todos los gobiernos que ha tenido nuestro país, al carecen de representaciones sindicales, políticas o empresariales, y no son tan pobres como para ser rescatados, ni tan ricos como para ejercer influencia. 

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