El TMEC será el factor de cambio definitivo para la mejora de las condiciones laborales en México


TMEC será el factor de cambio definitivo para la mejora de las condiciones laborales en México

El pasado primero de julio entró en vigor el nuevo tratado de libre comercio entre México, Estados Unidos y Canadá, el cual es una actualización del anterior tratado firmado en 1994, y representa en este momento la principal esperanza del gobierno del presidente López Obrador para que será el principal factor de crecimiento económico, lo cual está en duda ante la precaria situación económica que ha generado la pandemia del coronavirus, y la guerra comercial entre Estados y China. Pero este nuevo tratado representa la principal esperanza de México para un verdadero desarrollo económico, pues incluye marcados cambios en materia laboral, lo que puede ser el factor que desencadene una mejora sustancial en las condiciones laborales del país, y subsecuentemente en el nivel de vida de la gran mayoría de los mexicanos.

Los efectos directos del TMEC en el ambiente laboral mexicano

Desde mucho antes siquiera de firmarse, las negociaciones que llevaron a la firma del tratado, obligaron a México a aprobar una reforma laboral en abril de 2019, la cual les proporciona a los trabajadores mexicanos transparencia sindical, libertad de afiliarse o no a uno o más sindicatos, y desaparición de las juntas de conciliación y arbitraje para crear los Centros Federales de Conciliación y Registro Laboral y tribunales laborales. Y cuando llegó la hora de discutir la ratificación del tratado a finales del año pasado, la cámara de representantes de Estados Unidos de mayoría demócrata, estos condicionaron que antes de ratificar el acuerdo, México debía demostrar que cuenta con los recursos, la infraestructura y la voluntad política para cumplir con la implementación de la reforma laboral aprobada en abril del mismo año.

Y las condiciones que los representantes demócratas impusieron, a México en materia laboral están plenamente justificadas, según un estudio de Trade Watch, en los 25 años que lleva en vigor el tratado de libre comercio, Estados Unidos ha perdido cerca de 1 millón de empleos, los cuales han emigrado a México o Canadá. y según argumentos de representantes demócratas, esta situación no va a cambiar con el nuevo acuerdo, pues hoy el salario promedio de los trabajadores mexicanos ya es menor que el salario promedio de los trabajadores manufactureros Chinos, lo cual explica en parte los históricos incrementos al salario mínimo que ha implementado el gobierno del presidente López Obrador.

Pero la influencia del nuevo tratado de libre comercio no termina con la reforma laboral de 2019, pues este nuevo acuerdo incluye la figura de inspectores laborales que pueden ser enviados por Estados Unidos o Canadá a las empresas mexicanas que participan en el tratado, para supervisar que estas cumplan con las leyes mexicanas. Esto debido a que a pesar de las señales de confianza que intento mostrar el gobierno mexicano, estas no convencieron a sus contrapartes y sumadas al incumplimiento de México también en materia laboral en el anterior tratado, el TMEC fue firmado y ratificado con la nueva figura de los inspectores laborales.

Por qué las condiciones laborales de México estaban estancadas

La incorporación de inspectores laborales a México, causó mucha polémica en la comentocracia nacional cuando el tratado fue ratificado por el congreso de Estados Unidos, principalmente debido a la influencia de las cúpulas empresariales mexicanas quienes obviamente se opusieron a esta medida, y se encargaron de crear una narrativa en los medios de comunicación con la intención de que los negociadores mexicanos del tratado buscarán la manera de modificar esta parte del tratado, pues los nuevos supervisores laborales del TMEC representan una seria amenaza a la cultura laboral de la mayoría de las empresas propiedad de los integrantes de las cúpulas empresariales, ya que estos son los principales culpables del estancamiento de los salarios en México en los últimos 25 años, y de la precarización de las condiciones laborales que se han convertido en una tendencia en nuestro país.

Basta con ver la inmensa lista de condonaciones fiscales que se realizaron en los pasados sexenios, para dimensionar la influencia que las grandes empresas han alcanzado en todos los ámbitos del gobierno, y de esta manera podemos entender cómo estas empresas han logrado capitalizar esta influencia para favorecer sus negocios, ya sea consiguiendo condonaciones de impuestos, logrando contratos con el gobierno o logrando que los reguladores volteen hacia otro lado cuando sea necesario. Simplemente no se puede entender el estancamiento de los salarios promedio y el detrimento de las prestaciones y condiciones laborales en las últimas décadas, sin dimensionar este nivel de influencia de las cúpulas empresariales en el gobierno, pues en este periodo gracias al original tratado de libre comercio, se crearon cientos de miles de empleos en el sector manufacturero, se incrementó la productividad de las empresas y por consiguiente se generó crecimiento económico, pero estos beneficios no se reflejaron en los trabajadores, debido a que los salarios no solamente no se incrementaron con la misma proporción, sino que en términos reales perdieron poder de compra

Independientemente de cómo las cúpulas empresariales doblegaron a su favor a los reguladores mexicanos, esto hace que sea muy complicado el hacer cumplir las nuevas leyes laborales, debido a que la imparcialidad de los reguladores y demás funcionarios que queden encargados de su cumplimiento, está más que demostrado que está comprometida en favor de los grandes empresarios y en contra de los trabajadores, lo que históricamente a provocado, que la gran mayoría de los trabajadores mexicanos carecen tanto de poder de negociación, como de respaldo de las instituciones de defensa de los trabajadores, que nivelen las condiciones con sus patrones, quienes a su vez a todas luces buscan que estas condiciones se mantengan exactamente como están, a pesar de los cambios en las leyes laborales, por ejemplo basta la simulación que intento CEMEX, al manipular la primera votación “libre” de sus trabajadores sobre un nuevo contrato colectivo de trabajo.

Increíblemente para mejorar las condiciones laborales en Estados Unidos y Canadá, se deben mejorar las condiciones de los trabajadores mexicanos

Como podemos imaginarnos, esta presión para que México primero modernice sus leyes laborales y luego garantice su cumplimiento, no es obra del mero altruismo de nuestros vecinos del norte. La realidad es que por increíble que parezca, por primera vez los intereses de los trabajadores mexicanos se han alineado con los intereses de los trabajadores de Estados Unidos y Canadá, debido a que debido a la globalización, millones de empleos en el sector manufacturero han migrado de esos países, a países en vías de desarrollo como China y México en búsqueda de mano de obra más barata, pero a diferencia de los trabajadores mexicanos, los trabajadores estadounidenses y canadienses si tienen voz, ya que se encuentran respaldados por poderosos sindicatos, que tienen un peso en la política interna de sus países.

Por ejemplo, la posición de estos sindicatos explica en parte la victoria de Donald trump en 2016, y también explica el actual ambiente político de Estados Unidos, en el cual estos sindicatos están siendo nuevamente escuchados por los políticos demócratas, y el apoyo de estos sindicatos a su partido tuvo el costo de incluir los inspectores laborales en el nuevo tratado de libre comercio, para garantizar que las empresas mexicanas, cumplan con las leyes laborales de México, y de esta manera las condiciones laborales y los salarios de los trabajadores mexicanos suban, para de esta manera reducir la ventaja competitiva que le representa a México el costo más barato de su mano de obra.

Una vez más alguien externo tiene que obligarnos a cambiar

Como lo mencionaba anteriormente los supervisores laborales, representan una seria amenaza para muchos empresarios mexicanos, pero la razón por la que estos supervisores serán tan peligrosos para estos empresarios, es porque serán enviados con el objetivo de hacer cumplir las leyes laborales mexicanas, las cuales han sido históricamente incumplidas por la mayoría de las grandes empresas, ya sea abusando de esquemas de subcontratación, despidos injustificados, jornadas laborales superiores a las que marca la ley, asociación entre empresas de un mismo sector para no competir en sueldos, no proveyendo a sus trabajadores las condiciones de seguridad e higiene mínimas, simulando sindicatos con agrupaciones fantasma controladas al cien por ciento por los socios de la empresa, entre muchas otras malas prácticas que han contribuido al detrimento de las condiciones laborales de México.

Por lo que no es una sorpresa que la llegada de las primeras inspecciones a empresas que participan en el tratado, tenga tan inquietos a los empresarios, quienes, entre sus argumentos, comentan que estos supervisores laborales pueden ser utilizados por el gobierno de Estados Unidos, o por empresarios del mismo sector, como una barrera proteccionista para sus propios productos. La verdad es que en cierto punto los empresarios tienen razón, estos supervisores pueden ser, y muy seguramente serán utilizados como barreras de entrada a los mercados de América del norte, pero la realidad es que los supervisores laborales no vendrán a exigir nada extraordinario, o ajeno a nuestro país, simplemente vendrán a asegurar que se cumplan las leyes laborales mexicanas, por lo que la solución mágica para evitar sanciones, aranceles o alguna otra medida por parte de Estados Unidos o Canadá, es hacer que parece tan inconcebible, cumplir las leyes mexicanas.

Que a nadie sorprenda que, en los primeros meses o años del tratado, la parte laboral limite a las exportaciones mexicanas

No cabe duda que la implementación de la reforma laboral tendrá efectos negativos de corto plazo, debido a que las empresas deberán absorber los costos laborales que les genere el realmente cumplir con las leyes, además de posibles sanciones o aranceles, debido a que la gran mayoría de las empresas mexicanas cuentan por lo menos con un asunto pendiente en materia laboral, y muchos de estos no podrán solucionarse a la brevedad necesaria, y esta es la razón por la cual las cúpulas empresariales se oponen a los supervisores del TMEC,, sobre todo, debido a que estos no serán tan influenciables como los mexicanos y difícilmente miraran hacia otro lado cuando alguna empresa mexicana viole las leyes laborales.

Pero los efectos a mediano y largo plazo, de que realmente se apliquen las nuevas leyes laborales serán mucho más positivos, debido a la mejora de las condiciones laborales de los trabajadores mexicanos, lo cual se verá reflejado en el incremento de los salarios promedio, lo que se refleja directamente en la reducción de la desigualdad en el país, pues a pesar de que no todas las empresas mexicanas serán supervisadas por estos inspectores, el sector exportador emplea a cerca del 40% de los trabajadores formales de México, por lo que representan a un grupo suficientemente grande de trabajadores, que tiene la capacidad de influir en el resto de la economía mexicana, debido a que el resto de las empresas deberán competir por atraer trabajadores a sus empresas y es de esta manera como los beneficios del TMEC se esparcen gradualmente entre los trabajadores Mexicanos, además de que la mejora del poder adquisitivo de una parte importante de los trabajadores, hará crecer la economía al incrementar el tamaño del mercado interno, producto de un mayor poder de compra. 

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