¿Es la reforma de pensiones de AMLO la solución definitiva al problema de pensiones de México?

Reforma de pensiones


 

El miércoles pasado se presentó el proyecto de reforma al artículo cuarto constitucional, con la intención de resolver el inminente problema de pensiones, que enfrentara nuestro país en los próximos años. Esta reforma tiene la intención de incrementar las aportaciones al ahorro para el retiro de los trabajadores mexicanos, reducir el número de semanas cotizadas para tener derecho a la pensión, e incrementar la pensión mínima garantizada. Si bien los tres puntos en los que se centra la reforma son un avance en respecto a las condiciones que tenemos actualmente, las cuales sin lugar a dudas mejorarán las condiciones de retiro que tendrán muchos trabajadores mexicanos, pero esta reforma no es la solución definitiva al grave problema de pensiones que afectara a nuestro país en los próximos años.

Contexto, del problema de pensiones de México

Para entender el problema que enfrentara México respecto al tema de pensiones en el futuro cercano, es importante primero entender su contexto. Literalmente la oportunidad de patear el bote hacia el futuro se terminó, pues ya no hay hacia donde patearlo, debido a que los primeros trabajadores que se retiraran bajo el sistema de Afores, comenzaran a reclamar sus pensiones tan pronto como el próximo año, y estos recibirán solo entre el 30 y 40% de su último sueldo como pensión, debido a las condiciones en que actualmente opera el sistema de Afores, el cual será reformado y corregido en la reforma anunciada por el secretario de hacienda el miércoles pasado.

Por lo que el presidente López Obrador tiene razón al señalar que por décadas este tema fue evadido por sus predecesores, comenzando con la reforma de pensiones de 1997 la cual creó el sistema de Afores, las cuales fueron la solución correcta al problema que se tenía en ese momento, en el cual el ahorro para el retiro de los mexicanos era concentrado en cuentas colectivas administradas por el IMSS y posteriormente por el SAR el cual dependía del gobierno federal, por lo que no nos es difícil suponer el mal manejo y  desvío de los recursos de esos fondos. Por ese motivo las Afores solucionaron ese problema brindando una protección al ahorro de cada trabajador, al convertirse en una cuenta individual de su propiedad, pero esa reforma estaba incompleta debido a que las contribuciones aportadas a las Afores estaban muy por debajo de los estándares internacionales, lo cual simplemente garantizaba desde su origen, que los trabajadores recibirán en un futuro muy lejano en ese entonces, una pensión muy inferior a la del resto de países donde operan sistemas similares de pensiones.

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La reforma solo soluciona el problema del sistema de Afores, el cual solo es uno de varios que operan en México

Pero el sistema de Afores es solo uno de los 6 tipos de sistemas de pensiones que operan en México, y en estos momentos el 26% de los mexicanos mayores de 65 años no recibe ningún tipo de pensión, debido a que trabajó la mayor parte de su vida en la economía informal. Y es una realidad que nuestra población está envejeciendo lo que significa que en el mediano plazo se incrementará la proporción de la población mexicana que alcanza la edad de retiro, lo que pondrá los actuales sistemas de pensiones al límite, así como las finanzas del gobierno federal, quien en 2019 gastó el 20% de su presupuesto para pagar pensiones o programas sociales para adultos mayores, y esa cifra irá incrementando año con año.

Para entender mejor la situación, a continuación, se describen los seis diferentes sistemas de pensiones que operan en México:

 

  1. Sistemas de pensiones de trabajadores del gobierno federal que comenzaron a cotizar antes del 31 de marzo de 2007, los cuales cotizan en el ISSSTE, este sistema no depende de contribuciones de trabajadores y las pensiones serán calculadas en base a un sistema solidario o de beneficio definido, el cual se financia con contribuciones de los trabajadores activos a un fondo colectivo. Y cuando estas no alcanzan la diferencia es aportada por el gobierno federal. A este sistema se le pueden sumar los sistemas de pensiones de los gobiernos estatales y municipales, además de los organismos descentralizados, universidades públicas y demás dependencias de gobierno que cuentan con sistemas independientes pero que funcionan de la misma manera.
  2. Sistema de pensiones de trabajadores del gobierno federal que comenzaron a trabajar después del 31 de marzo de 2007, los cuales realizan aportaciones para el retiro a cuentas individuales, que funcionan de la misma manera que las Afores. Este sistema no será modificado por la reforma presentada por el presidente López Obrador, debido a que no cuentan con los recursos para incrementar las contribuciones que aporta el patrón, en este caso el gobierno, aunque mencionó que una vez se supere la pandemia del coronavirus, se modificara este sistema de ahorro para el retiro.
  3. Pensión ley 1973 del IMSS para trabajadores de empresas privadas que comenzaron a cotizar antes del 1 de julio de 1997, este sistema depende de las contribuciones de los trabajadores, cuando estos se jubilen recibirán el promedio de sus sueldo de cotización de los últimos 5 años trabajados, y es administrado por el IMSS, este se financia de lo que los trabajadores ahorraron en su afore y se complementa con aportación del gobierno debido, al rescate de las contribuciones realizadas por los trabajadores antes de 1997 cuando no existían las afores y el ahorro era administrado por el gobierno.
  4. Fondos de ahorro para el retiro (Afores) como su nombre lo indica es un fondo de ahorro en cuentas individuales, propiedad de cada trabajador y administradas por instituciones privadas y reguladas por la CONSAR, cuando el trabajador se retire recibirá su fondo ahorrado, en forma de pensión hasta donde le alcance. Bajo este sistema se retirarán todos los trabajadores que hayan comenzado a cotizar en el IMSS después del 1 de julio de 1997.
  5. Fondos privados administrados por aseguradoras, los cuales son contratados de forma voluntaria por los trabajadores a aseguradoras privadas, las cuales son reguladas por la CONDUCEF.
  6. Pensión para el bienestar de adultos mayores, este es un programa del gobierno federal y atiende principalmente a personas que trabajaron la mayor parte de su vida laboral en la economía informal y por lo tanto no cotizaron lo suficiente para acceder a una jubilación, la intención de la pensión para el bienestar es la implementación de una pensión universal para adultos mayores de 68 años, que no reciben ningún otro tipo de pensión, y este programa es financiado completamente por impuestos, y consiste de un pago de $2,550 pesos cada dos meses, a cada beneficiario.

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La reforma de pensiones llegó demasiado tarde

Una vez enumerados los diferentes tipos de pensiones que operan en nuestro país, podemos comprender que la reforma de pensiones presentada por el presidente López Obrador el 22 de julio, solamente resuelve el problema para quienes cotizan en las Afores, y para ello debemos tomar en cuenta que solamente el 27.4% de los trabajadores mexicanos cotizaban en este sistema al primer trimestre de 2020, cifra que muy seguramente se redujo debido a la pandemia del covid 19. Además la reforma soluciona el problema de fondeo de las cuentas individuales de los trabajadores, por lo que se verán beneficiados aquellos trabajadores a quienes todavía les falten más de 10 años para alcanzar su edad de retiro, ya que quienes están por retirarse o les falta menos de diez años, su monto ahorrado en su cuenta individual de Afore, tendrá un efecto casi nulo debido a esta reforma, debido a que dicho monto se formó con el ahorro acumulado durante varias décadas de trabajo, y para estas personas la reforma llegó demasiado tarde. 

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Para aplicar eficientemente la reforma de pensiones se requiere de una reforma fiscal

23 años y 4 sexenios presidenciales tuvieron que pasar para que el problema de pensiones fuera abordado con seriedad, pero como lo mencione anteriormente la solución llegó demasiado tarde, razón por la cual el gobierno federal se vio obligado a incrementar la pensión mínima garantizada, para de esta manera asegurarle un ingreso suficiente para sobrevivir a quienes comiencen a retirarse por el sistema de Afores, pero esa diferencia que el gobierno federal tendrá que pagar saldrá de nuestros impuestos y ahogara al ya exageradamente austero presupuesto del gobierno federal. 

Por lo que para aplicar esta reforma de forma eficiente se requerirá de aprobar una reforma fiscal para atender tres problemas que generará la aplicación de la reforma de pensiones:

1.   Obtener recursos para financiar la pensión mínima garantizada, y la pensión para el bienestar

Debido a que según estimaciones de 2017, por lo menos el 75% de los trabajadores recibirán pensiones menores a la pensión mínima garantizada cuando se retiren, por lo que el gobierno federal tendrá que cubrir la diferencia, y tomando en cuenta que dicha pensión mínima garantizada se incrementa debido a la reforma, el número trabajadores a los que se les tendrá que completar la pensión se incrementará, por lo menos en los primeros años, en los cuales se retirarán aquellos trabajadores en que los cambios de la reforma no impactaran significativamente en su ahorro acumulado. 

 

Si a esto le sumamos la pensión para el bienestar de adultos mayores, la cual le paga una pensión a todas las personas mayores de 68 años que no reciben ningún otro tipo de pensión, y que incrementará gradualmente su base de beneficiarios debido al envejecimiento de nuestra población, por lo que la carga para las finanzas públicas se incrementará. Por estos motivos una reforma fiscal que le genere al gobierno federal los recursos necesarios solamente para costear la carga presupuestaria referente a pensiones es inminente, al menos que el presidente López Obrador crea que puede reducir aún más el presupuesto en otras áreas del gobierno.

2.   El costo económico de la reforma, recae casi completamente en los empresarios

Una de las ventajas de la iniciativa de reforma de pensiones presentada por la 4t, es que incrementa las contribuciones totales al ahorro para el retiro de los trabajadores, sin incrementar los descuentos al sueldo de los trabajadores, pero para lograr esto la reforma le carga inequitativamente el peso a los empresarios, pues su parte de la contribución, pasará del 5.15% al 13.87% del sueldo del trabajador, lo cual eminentemente incrementara los costos laborales de las empresas mexicanas, desincentivando la creación de nuevos empleos, e incluso incentivando un más la informalidad laboral.

 

Para evitar que la reforma de pensiones impacte de forma negativa al mercado laboral de México, es necesario una reforma fiscal, que le simplifique a las empresas la deducibilidad al 100% de las cuotas obrero patronales de seguridad social, entre las que se encuentra el pago de retiro cesantía y vejez. De igual manera las condiciones actuales de nuestra economía y de nuestro mercado laboral, requieren urgentemente de la creación de incentivos fiscales a la creación de empleos, y a los empleos bien remunerados, para de esta manera contrarrestar los costos ocasionados por la reforma de pensiones, al mismo tiempo en que se desincentiva el uso de esquemas de subcontratación o esquemas que dividen los ingresos de los trabajadores y le permiten a las empresas registrarlos con salarios más bajos de los reales, lo cual agrava aún más el problema de pensiones que vivirá nuestro país, y diluye los efectos de la reforma en el ahorro para el retiro de los trabajadores.

3.   Integrar a la informalidad para integrar más trabajadores a la seguridad social

Según la tasa de informalidad del primer trimestre de 2020, el 56% de la población económicamente activa de México labora en la economía informal, lo que también significa que casi dos terceras partes de los trabajadores mexicanos no cotizan en la seguridad social, y por lo tanto no están haciendo aportaciones a su ahorro para el retiro, e incluso muchos de ellos ni siquiera tienen una cuenta individual de Afore, debido a que nunca han trabajado en la economía formal. Este dato que refleja la triste realidad de nuestro país, nos permite vislumbrar el difícil escenario que vivirán las finanzas públicas del gobierno mexicano en el mediano y largo plazo, ya que conforme nuestra población vaya envejeciendo, debido a que cuando estas personas alcancen los 68 años de edad, podrán ser beneficiarios de la pensión para el bienestar de adultos mayores programa que es financiada por completo con nuestros impuestos, y el costo de este programa se irá incrementando año con año, representando cada vez una mayor proporción del presupuesto del gobierno federal.

 

Por esta razón se requiere de una reforma fiscal que le proporcione ingresos al gobierno federal para cumplir con la obligación de financiar este programa, además de las tan necesarios nuevos regímenes fiscales que integren a la economía informal, en base a las características particulares de sus actividades o de la región donde operan, para de este manera integrar a más mexicanos que cotizan en la seguridad social y  aunque muchos de los trabajadores informales que comiencen a cotizar muy seguramente no lograran acumular un ahorro suficiente para un retiro digno en su cuenta individual de afore, esto representará un gran alivio para las finanzas públicas de México, ya que el gobierno aportaría sólo la diferencia para alcanzar la pensión mínima garantizada, en vez de financiar la pensión del bienestar completa.

 

Para atacar este problema se puede agregar la propuesta que planteé en otro artículo, donde hablo de integrar prestaciones de seguridad social en el pago de impuestos, a propietarios de pequeñas y medianas empresas, ya que esta propuesta integrará al sistema de pensiones,  a una parte de la población que hoy es excluida del sistema de Afores, ya que a pesar de ser propietarios de una empresa, los ingresas que estas les proporcionan, les permiten tener un nivel de vida apenas por encima del nivel de vida del trabajador asalariado promedio, por lo que para estas personas el contratar ahorros para el retiro con aseguradoras privadas les resulta muy caro, y por lo tanto no debe sorprendernos que la mayoría de los pequeños empresarios lleguen a su edad de retiro sin un ahorro suficiente. Además, que el acceso a las prestaciones de seguridad social, puede ser utilizado como incentivo para que propietarios de empresas informales se acerquen a la formalidad, con la intención de acceder a servicios básicos como salud, vivienda y retiro, y al hacerlo sus trabajadores adquieren estas prestaciones también.

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Conclusión

En conclusión, si bien la reforma de pensiones propuesta por el presidente López Obrador, es un paso en la dirección correcta para resolver el problema que las pensiones representa para las finanzas públicas del gobierno y para el nivel de vida de nuestra población en un futuro ya muy cercano. Esta reforma solamente soluciona el problema de fondeo de una pensión suficiente para los trabajadores más jóvenes que cotizan en el sistema de Afores. Y garantiza la de aquellos de mayor edad a expensas de recursos públicos y una mayor carga presupuestaria para el gobierno federal en los próximos años, además de que no resuelve el problema del resto de sistemas de pensiones que operan en México, por lo que es evidente que se requerirá de nuevas reformas en el corto y mediano plazo. Y la mayor parte del fondeo de las afores propuesto en la reforma, recaerá en los empresarios en su calidad de patrones, por lo que para que esta reforma pueda aplicarse eficientemente se requiere de una reforma fiscal. Lo que en otras palabras significa que estamos muy lejos de cantar victoria en lo que respecta al tema de las pensiones y el serio problema que estas representaran para México en el futuro cercano, pero esta reforma por lo menos es una prueba de que el gobierno mexicano está dispuesto a resolver este tema, ahora nos toca a los ciudadanos exigir que no se siga perdiendo más tiempo para implementar soluciones de fondo en este tema, pues el problema que las pensiones representan en nuestro futuro, es el resultado de una serie de problemas estructurales, que cada gobierno de nuestra historia ha buscado la manera de no abordar, debido al desgaste electoral de los profundos cambios que se requieren.

 

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