El TMEC puede ser el experimento que resuelva el principal problema de la globalización
En tan solo cuarenta años la globalización pasó de ser la solución generalizada a los grandes problemas económicos del mundo, a convertirse en uno de los principales villanos de la actualidad, y junto con el neoliberalismo es la causa más señalada del incremento de la desigualdad económica y social en casi todo el mundo, lo que explica los movimientos proteccionistas o antiglobalización que han surgido en varias partes del mundo. Por este motivo es importante solucionar los grandes problemas que ha generado el libre comercio precisamente para evitar que los movimientos proteccionistas y nacionalistas eliminen los beneficios que ha generado la globalización, como la reducción de la pobreza extrema a nivel mundial, y en este contexto el TMEC puede ser el tratado de libre comercio que resuelva el principal problema de la globalización en su zona de influencia,
Qué problemas ha generado la globalización
La globalización es el proceso que ha permitido el libre flujo de mercancías y capitales alrededor del mundo, mediante la eliminación de barreras aduanales y aranceles y a la apertura de los mercados financieros en la mayoría de los países del mundo. Este proceso de globalización que ha vivido el mundo en los últimos 40 años, ha permitido que muchos países hayan elevado sus niveles de desarrollo, debido a que pudieron acceder a inversiones principalmente en manufactura, provenientes de plantas industriales que emigraron de países desarrollados en la búsqueda de mano de obra barata, lo que ha permitido desarrollar y diversificar las economías de los países receptores, y de esta manera reducir los niveles de pobreza extrema en dichos países. al mismo que los países desarrollados pudieron captar grandes cantidades de capitales haciendo crecer su sector de servicios, y los precios de la mayoría de productos y servicios que consumen se redujeron o se mantuvieron estables.
Pero la globalización como todo en la vida tiene sus desventajas, la migración de plantas industriales de países desarrollados a países pobres, generó la pérdida de cientos de miles de empleos en el mundo desarrollado, la mayoría de ellos bien remunerados, pero la mayoría de estos trabajadores que perdieron sus empleos por la migración de sus plantas industriales, no pudieron conseguir nuevos empleos con los mismos niveles de ingresos, debido al grado de especialización en funciones de manufactura de dichos trabajadores, lo que elevó los niveles de desigualdad en regiones enteras de los países desarrollados, que no pudieron captar inversiones en otros sectores, además de que fallaron o no le proporcionaron a sus trabajadores, lo necesario para adquirir nuevas habilidades, que les permitan obtener otros empleos bien remunerados.
Mientras que en los países en vías de desarrollo, que recibieron las inversiones en manufactura vieron incrementado su nivel de vida, pero no en los niveles que se esperaba, debido a que el bajo nivel de desarrollo y los altos niveles de corrupción de estos países, le proporcionaron a las grandes empresas multinacionales, que son las que aprovecharon la globalización, una gran ventaja a la hora de negociar condiciones de operación, o en la influencia que estas pueden ejercer en los gobiernos locales y sus entes reguladores, lo que le ha permitido a estas empresas el violar leyes locales en ámbitos laborales, ecológicos, seguridad, y muchos otros, así como han cabildeado para la no aprobación de leyes más estrictas que les dificultarían su operación. lo que en pocas palabras estanco el crecimiento de los salarios manufactureros en prácticamente todo el mundo, con marcadas excepciones como el caso de China.
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El contexto actual en que se negoció el tratado
Lo que nos trae a la realidad que afrontamos hoy en día, en la cual los efectos del incremento de la desigualdad económica se están agravando aún más, debido a la pandemia del coronavirus, lo que solamente le da más argumentos a su favor a los movimientos proteccionistas como: Brexit en Reino Unido, MAGA de Trump en Estados Unidos, y muchos otros movimientos nacionalistas en Europa que se oponen a la unión europea, así como un marcado desencanto hacia la globalización y sus efectos en muchos de los países en vías de desarrollo, los cuales ponen en riesgo el futuro de la globalización y nos acercan a una nueva era de nacionalismos y proteccionismo a nivel mundial.
En este contexto es en el que se negoció el nuevo tratado de libre comercio de América del norte, que en México conocemos como TMEC, principalmente del lado de Estados Unidos y Canadá, donde sus confederaciones sindicales ejercieron presión y lograron imponer su influencia en el nuevo tratado, lo que explica la existencia de un nuevo apartado laboral, supervisores laborales, incremento en el origen de los componentes automotrices, entre otros apartados que se agregaron al tratado para satisfacer las demandas de los sindicatos de estos países.
Por ejemplo, la posición de estos
sindicatos explica en parte la victoria de Donald trump en 2016, y también
explica el actual ambiente político de Estados Unidos, en el cual estos sindicatos
están siendo nuevamente escuchados por los políticos demócratas, y el apoyo de
estos sindicatos a su partido, tuvo el costo de incluir la implementación de
una reforma laboral en México e inspectores laborales enviados por Estados
Unidos y Canadá, para garantizar que estas nuevas leyes se cumplan y de esta
manera las condiciones laborales y los salarios de los trabajadores mexicanos
suban, para de esta manera reducir la ventaja competitiva de México debido al
costo más barato de su mano de obra.
Que podría cambiar con el TMEC
Como lo mencione anteriormente, la manera en que las empresas transnacionales han utilizado al libre mercado para migrar sus plantas productivas en búsqueda de mano de obra, ha generado un incremento significativo en la desigualdad económica y social, tanto en los países desarrollados que perdieron los empleos industriales, como los países en vías de desarrollo quienes redujeron sus niveles de pobreza, pero los sueldos promedios de sus trabajadores se han estancado en las últimas décadas. Por este motivo para que la globalización siga desarrollándose se requiere de una mejora que resuelva este problema, y el primer experimento para hacerlo se encuentra en el TMEC, debido a que incluye apartados dedicados a proteger a los trabajadores del país en desarrollo en este caso México, al mismo tiempo en que la implementación de estas nuevas leyes, protegerá los empleos y las condiciones laborales de los trabajadores de los países desarrollados osea Estados Unidos y Canadá, debido a que al incrementarse los costos laborales en México se reduce el riesgo de que las plantas industriales migren hacia el sur, mientras que la mejora de las condiciones laborales y los salarios México, fortalecerán al mercado interno lo que beneficia a toda la región de Norteamérica.
Por esta razón este tratado es tan importante no solo para Norteamérica que es su zona de influencia, sino para el resto del mundo, ya que, de tener éxito en corregir los efectos del libre comercio en la desigualdad económica, podría ser emulado por el resto del mundo y representar una evolución para la globalización como tal. Para ello se debe de cuidar en el caso de México, mediante los supervisores laborales, que las empresas mexicanas y las extranjeras que operan en México cumplan con las leyes laborales mexicanas, y de esta manera las condiciones laborales de los trabajadores mejoren y sus salarios suban acorde a las condiciones reales, o en otras palabras, que los beneficios alcancen a los trabajadores, y en el caso de Estados Unidos y Canadá se debe cuidar que la figura de los inspectores laborales y los paneles de controversias, no se politicen o se utilicen como barreras arancelarias por las empresas locales, para que de esta manera se protejan los intereses de los trabajadores estadounidenses y canadienses, al mismo tiempo en que se mantiene un tratado eficiente que permita mantener y mejorar las cadenas de producción de américa del norte, y de esta manera hacer más competitiva esta región.
Incluso si la
implementación del nuevo tratado de libre comercio de América del norte falla
en la corrección de los problemas laborales actuales, por lo menos nos muestra
el camino que se debe de seguir para corregir los efectos del libre comercio en
la desigualdad económica, la cual será el gran problema a resolver en el siglo
XXI. Ya que lo que la negociación de este tratado demostró, es que para que se
logren cambios reales en la manera en que opera el libre comercio, estos
cambios deben originarse en los países desarrollados, en donde los trabajadores
si cuentan con poder de negociación, gracias a la existencia de una plena
libertad de asociación sindical en estos países, y también el ejemplo de México
nos demuestra que la única manera de que las condiciones laborales del país
mejoren, es si alguien más nos obliga a hacerlo al ponerlo como condicionante
para acceder a los mercados de los países desarrollados.
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