Por qué los autos chocolates son un problema, y por qué nadie ofrece una verdadera solución
Nuevamente nos acercamos al último trimestre del año, y otra vez circulan rumores sobre una posible regularización de automóviles ilegales en México, además el inicio del ciclo electoral de 2021 hace que varios gobiernos estatales ofrezcan soluciones al problema, que simplemente parecen más de lo mismo y no representan una solución real al problema de los autos introducidos ilegalmente al país, o autos chocolates, pues otra vez las soluciones hablan de programas especiales de regularización de automóviles que ya se encuentran en el país, pero nadie ni siquiera toca el verdadero problema que son las reglas de importación que hacen muy costosa la importación de vehículos, y de plano excluye a muchos de los vehículos en el mercado, dejándole la puerta abierta al mercado negro.
La propuesta del gobierno del estado de Baja California, es la que más destaca, ya que involucra toda una infraestructura
para establecer un control de los vehículos que circulan, además de que esto
representara una buena fuente de ingresos para el gobierno estatal, lo que
incentiva al gobierno del estado no solo a hacerlo bien, sino también a impedir
la operación de asociaciones de empadronamiento de vehículos como ONAPPAFA y
ANAPROMEX entre muchas otras las cuales respaldados en amparos otorgados por
jueces federales empadronan automóviles chocolate e incluso les otorgan placas
de circulación lo cual es a todas luces un delito, el cual solamente es posible
gracias a la corrupción que permite la gran cantidad de dinero que estas
asociaciones manejan y distribuyen entre autoridades de todos los niveles para
poder operar.
¿Por qué? la propuesta de Baja California no soluciona
el problema de los autos chocolate
Como era de esperarse, la propuesta de gobierno del estado de Baja California está siendo cuestionada por el gobierno federal, tanto porque el presidente López Obrador negó la existencia de un decreto presidencial que permita la regularización de vehículos, como por la disputa con el gobierno federal por usurpación de funciones del nuevo instituto de Identidad Vehicular de Baja California, el cual pretende censar todos los vehículos que circulan en el estado y mediante este censo cobrarle a los automóviles chocolates por circular, lo que según el gobierno federal asume algunas funciones que le corresponden al SAT
Pero aunque el gobierno de Baja California logre
aplicar su propuesta, está solamente aplica para los automóviles que ya se
encuentran en México, y no toca el problema de origen que son las estrictas y
onerosas leyes fiscales que restringen la importación de vehículos al país, y
es la razón por la que muchas personas recurren a formas ilegales para ingresar
sus vehículos al país, lo que ha provocado que el problema de los autos
chocolates se haya intensificado en los últimos años, por lo que si bien una
regularización reduciría considerablemente el problema, este persistirá porque
la población seguirá ingresando automóviles de forma ilegal, lo que provocará
que eventualmente se requiera de nuevos programas de regularización vehicular.
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El problema de origen es competencia del gobierno federal
Si bien los autos
chocolates circulan en el país desde hace décadas, tan sólo entre 1978 y 2001 se implementaron 14 programas de regularización de vehículos, el problema
se agravo el sexenio pasado, cuando el gobierno bajo la presión de asociaciones
como la Asociación Mexicana de la Industria Automotriz (AMIA) y la AsociaciónMexicana de Distribuidores Automotores (AMDA), no sólo incrementó los costos de
importación sino también limitó la importación legal solo a vehículos fabricados
en México, Estados Unidos y Canadá con una antigüedad entre cinco y diez
años para la franja fronteriza y ocho y nueve años de antigüedad para
importación para el resto del país, excluyendo de toda opción legal al resto de
los vehículos.
Como
consecuencia de las nuevas reglas de importación que no han cambiado desde
2012, hoy gracias a la presión de los dueños de las
agencias automotrices, para importar un automóvil de forma legal, se requiere
pagar entre el 1 y el 10% de impuesto general de importación, 16% de IVA,
impuesto sobre automóviles nuevos y derecho de trámite aduanero. Todos estos
impuestos son calculados utilizando como base gravable, el valor de un vehículo
nuevo en México de características similares al vehículo a importar, aplicando
una depreciación de 10% por cada año de antigüedad sin que exceda el 80%.
No hace falta hacer los
cálculos para darnos cuenta que dichos impuestos incrementan el costo de
importar un automóvil a un nivel casi prohibitivo, lo que explica porque tanta
gente opta por no importar sus vehículos debido a que no les alcanza, todo esto
sin tomar en cuenta la gran cantidad de vehículos que no se pueden importar, ya
sea por no haber sido fabricados en México, Estados Unidos o Canadá, o por no
estar dentro de la antigüedad requerida por la ley para ser importado.
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Los únicos ganadores han sido las asociaciones empadronadoras de vehículos
Para hacer más complejo
el problema de los autos chocolates, los estados fronterizos se han llenado de
asociaciones que empadronan los vehículos ilegales, las cuales a cambio de una
cuota, empadronan los vehículos para incluirlos en un amparo otorgado por un
juez federal, y le ofrecen a los ciudadanos una placa expedida por ellos mismos
que les permite circular en determinados estados o municipios. Lo cual es
ilegal a todas luces, pues solo el gobierno federal y los gobiernos estatales
pueden expedir placas de circulación vehicular.
Los autos chocolate
empadronados en una de estas asociaciones, pueden circular en aquellos estados
o municipios a los cuales la asociación empadronadora de vehículos les haya
pagado a las autoridades correspondientes, para que el gobernador o presidentes
municipales les instruyan a sus policías no detener los vehículos con dichas
placas, creando un claro sistema de corrupción y manejo de clientelas
electorales, lo cual desgraciadamente sucede a la vista de todos, desde hace ya
demasiado tiempo.
Lo que le da sustento a
la propuesta del gobierno del estado de Baja California, pues ya se permite a
vista de todos, la existencia de asociaciones privadas expidiendo placas de
circulación como si fueran una entidad gubernamental. Entonces porque un estado
no puede ejercer esa función, al ser una entidad autorizada por la ley para
expedir este tipo de documentos, al final de cuentas todo se resume a la falta
de voluntad política, ya que el gobierno federal encabezado por el presidente López
Obrador, ha sucumbido a las presiones de las asociaciones de distribuidores de
vehículos como todos sus antecesores.
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El tema de los autos chocolates divide al país geográficamente
Basta con leer los
encabezados de los periódicos y las columnas de opinión, cada que se toca el
tema de los autos chocolates, para darnos cuenta que las únicas voces que
apoyan programas de regularización, o cambios en las leyes aduaneras que
resuelvan el problema, se encuentran en la frontera norte donde los autos
chocolates son un problema de movilidad urbana, seguridad pública,
contaminación ambiental, y de corrupción a nivel estatal y municipal.
Por
ejemplo, la inclusión de un artículo transitorio ala ley de ingresos 2020, con la intención de que se regularicen los vehículos
ingresados de manera ilegal al país, creó una reacción casi unánime de la
prensa, organismos empresariales y políticos de todos los partidos, satanizando
la iniciativa argumentando que dicha regularización afectará a la economía
nacional.
Siendo la mayoría de
estos encabezados y artículos de opinión, el resultado del cabildeo de
asociaciones de distribuidores de vehículos, quienes obviamente se oponen a este
tipo de medidas, y representan la principal causa de porque no se resuelve el
problema de los autos chocolates de raíz, debido a que al posicionar en la
opinión pública nacional sus razones por las cuales no se debe permitir la
entrada al país de automóviles importados, opacan cualquier argumento surgido
en la frontera, en donde vive una minoría de la población del país, y las
características de esta región son generalmente incomprendidas tanto por los
medios nacionales, como por el resto del país.
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El cabildeo de la AMDA, presiona con prejuicios, para que no se resuelva el problema
Al leer las principales
objeciones publicadas en la prensa nacional, se genera la percepción de que
todos los automóviles extranjeros son ilegales y no deben circular en el país,
pero la realidad es muy distinta, las leyes mexicanas contemplan la importación
de vehículos usados de forma legal tanto para circular exclusivamente en la
franja fronteriza, como para circular en todo el país, además de que se ha
creado el prejuicio de que todos estos vehículos, son viejos, chatarras, o son
vehículos que ya no pueden circular en Estados Unidos.
Según la COPARMEX y otras organizaciones, si se regularizan los autos chocolates, la venta de
automóviles nuevos se desplomarían entre 20 y 40%, lo que se sumaría a 28 meses
consecutivos de caídas en las ventas de autos nuevos, lo cual afectara
considerablemente a la industria automotriz mexicana la cual produce 1.9
millones de empleos, pero esa cifra no contempla solamente los empleos
generados por las distribuidoras de automóviles, sino que incluyen los empleos
generados por la industria automotriz.
Mientras que no
mencionan que todos estos automóviles que se pueden importar, contienen por lo
menos un 20% de sus componentes fabricados en México, hasta llegar al absurdo
de automóviles fabricados en México, pero vendidos en Estados Unidos, los
cuales no pueden ingresar legalmente al país a pesar de haber sido fabricados
aquí, lo cual viola el tratado de libre comercio con América del norte, debido
a que México restringe la entrada de vehículos producidos en la región, y la industria automotriz mexicana produce 1 millón de empleos directos y cinco millones de
empleos indirectos.
Además, el segmento de
personas que no importan sus vehículos porque no les alcanza, obviamente no
pueden permitirse comprar un automóvil nuevo, y quienes sí les alcanza importan
sus vehículos de forma legal y no compran automóviles mexicanos, por ser mucho
más caros y por contar con estándares de calidad y seguridad, inferiores a las
de un vehículo igual pero producido para circular en Estados Unidos o Canadá.
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¿Cuántos autos
chocolates circulan en México?
Debido a la desaparición
del Registro Federal de Vehículos y a la corrupción generada por las
asociaciones de empadronamiento, no es posible saber cuántos automóviles
ilegales circulan actualmente en México, la prensa asegura que pueden ser hasta 18 millones lo que equivale al 25% de los automóviles que circulan en México,
pero son sólo estimaciones ya que no hay un registro oficial, siendo este
problema más grave en Baja California estado donde se estima que hasta el 40%
de los automóviles que circulan son ilegales.
¿Cuales son los problemas que generan los autos chocolate en México?
Como
se menciona anteriormente a nivel nacional hasta 1 de cada cuatro vehículos que
circulan no están registrados por ninguna entidad gubernamental, en algunos
estados hasta el 40% de los automóviles circulan de forma irregular, lo que
provoca que a causa de la gran cantidad de vehículos irregulares que circulan
se generan los siguientes problemas:
Seguridad pública
Debido
a que las autoridades mexicanas no tienen un registro sobre estos vehículos, no
nos debe sorprender que estos sean elegidos para realizar actividades ilícitas,
por lo que los problemas de inseguridad del país se potencian gracias a la
falta de rastreo que les facilitan los autos chocolates a los criminales,
además que de presentarse un accidente vial, estos automóviles no cuentan con
seguro, y si el conductor huye no es posible localizarlo.
Imposibilidad
de crear programas de control ambiental
Como
ya sabemos, las emisiones de los vehículos son una de las principales fuentes
de contaminación ambiental en el mundo, pero en la mayoría de los estados del
país no es posible el implementar verdaderos programas ambientales, que
permitan a los estados el regular la cantidad de gases que emiten los vehículos
en sus territorios, debido a que, al circular una proporción considerable de
automóviles irregulares, los cuales no pueden ser sometidos a verificación
ambiental.
Recaudación pérdida de los gobiernos estatales
Al
no estar en México de forma legal, los gobiernos estatales que son los
encargados de recaudar los permisos de circulación vehicular en el país, no
pueden exigirles a los propietarios de estos vehículos que paguen estos
permisos, lo cual provoca que los estados pierdan una parte de importante de la
base de vehículos que pueden cobrarles la expedición de placas y demás permisos
de circulación.
Corrupción en todos los niveles
Cada
auto chocolate que circula en México, es un símbolo a la corrupción y a la
impunidad, pues desde un inicio para que dicho vehículo entre al país, se
requiere de sobornar a un agente aduanal, y posteriormente por necesidad del
propietario del vehículo irregular por afiliar el vehículo en una asociación de
empadronamiento a cambio de una cuota, de la cual una parte se utiliza para
sobornar autoridades estatales y municipales para que las corporaciones
policiacas permitan que los vehículos con sus placas circulen sin problemas,
hasta aquellos propietarios de autos chocolates que deciden no afiliar sus
vehículos, y circulan sin placas o con placas extranjeras sobrepuestas, y se
resignan a tener que sobornar a oficiales de policía cada vez que estos los detengan.
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Conclusión
El problema de los
automóviles ilegales no se resolverá con la regularización propuesta por el
gobierno de Baja California, si esta no viene acompañada de una modificación a
las leyes aduanales, que reduzcan los costos de importación y permitan la
importación de vehículos de cualquier antigüedad, y de orígenes fuera de
América del norte para evitar exclusiones.
Cabe aclarar, que no
estoy sugiriendo que a todos los vehículos se les deba permitir la entrada sin
ningún costo o control, los costos de importación para los vehículos fabricados
en México, Estados Unidos o Canadá, deben reducirse a condiciones realistas,
así como ajustar los requisitos como condiciones mecánicas y emisión de gases,
y permitir que todos los automóviles con antigüedad superior a 5 años y que
cumplan con los requisitos mecánicos y ambientales puedan ser importados.
Además que se permita la importación de vehículos no fabricados en Norteamérica,
eso sí con un arancel superior al que se le cobra a los automóviles fabricados
en la región contemplada en el TMEC.
Y si a las autoridades
federales no les preocupa resolver el problema de los autos chocolates, por no
confrontarse con las distribuidoras de automóviles nuevos, si debe de
preocuparles los problemas de seguridad, corrupción y recaudación perdida, que
genera el que circulen tantos automóviles irregulares en el país, los cuales
tienen un efecto mucho mayor y directo en una mayor cantidad de ciudadanos, que
los argumentos que ofrece la AMDA para que este tema no se resuelva.
Además, que la
existencia de las asociaciones de empadronamiento de vehículos, es en el menor
de los casos algo inaceptable, ya que además de empadronar los vehículos
expiden placas de circulación apócrifas, las cuales son reconocidas por las
corporaciones policiacas locales gracias a la corrupción. Por lo que urge que
se corrijan las leyes que permiten la existencia de amparos federales, que son
el fundamento legal para que estas organizaciones existan.
Algo que se ha avanzado es en el uso general del repuve para consultas de autos de su estatus legal
ResponderBorrarEs algo que se necesita con la Amda en Mexico con las cifras de todo lo que pasa
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