Seis meses después de iniciada la pandemia, que debe hacer el gobierno ante la crisis económica
Poco más de seis meses desde que la OMS declaró al covid 19 como pandemia, y a pesar de que poco a poco los gobiernos de todo el mundo están quitando restricciones a la movilidad y a la actividad económica, seguimos sin volver a nuestras vidas normales, y el futuro cercano se vislumbra aún muy incierto. Desde el principio de la pandemia la respuesta ante la crisis económica que provocó la pandemia, varió drásticamente en cada país, principalmente en relación a su capacidad tanto económica como de infraestructura. Y en medio de ese contexto el gobierno del presidente López Obrador ha sido bastante criticado por prácticamente no hacer nada para mitigar los efectos de la crisis.
Pero la prolongación de la pandemia ha causado que se libere un poco de la responsabilidad al gobierno del presidente López Obrador, por su falta de acción ante la crisis económica causada por la pandemia, debido a que conforme esta se ha prolongado, los programas de rescate implementados por gobiernos de todo el mundo, han perdido su efectividad, ya que pareciera que no hay dinero que alcance para contener la severa crisis que ha provocado la pandemia, pues la mayoría de estos planes de rescate, se planearon con el pronóstico de que la pandemia duraría un par de meses y después volveríamos a nuestras vidas normales.
Y si bien, el tiempo le ha dado un poco de
razón al gobierno mexicano, sobre que el no hacer nada no es precisamente la
peor estrategia, esto no lo exime de la responsabilidad de no hacer nada para
reducir los estragos de la crisis económica entre la población mexicana, ya que
según estimaciones del CONEVAL la crisis del coronavirus creará 12 millones de
pobres adicionales. Cifra que pudo haber sido mucho menor de haberse aplicado
programas de estímulos ya sea a las empresas para defender los empleos, o
apoyos económicos directos a los ciudadanos que perdieron su fuente de
ingresos, para que estos sobrellevaran de mejor manera la cuarentena, y para
evitar la abrupta caída del consumo que provocó la cuarentena.
¿Cuál es el límite de estímulos económicos que pueden inyectar los gobiernos a la economía?
En el transcurso de los últimos seis meses, gobiernos de todo el mundo han implementado estímulos económicos y fiscales de todo tipo, principalmente en los países desarrollados quienes han implementado programas de rescate tan grandes como el caso de Japón cuyos estímulos representan el 21% del PIB, Canadá el 15%, y Estados Unidos 13% de su PIB al cierre de Julio, mientras que en México las medidas para contrarrestar los efectos de la crisis económica causada por la pandemia, se han limitado a seguir aplicando programas sociales que ya existían antes de la pandemia, los cuales representan el 0.7% del PIB.
La crisis causada por la pandemia del covid 19 es una crisis de demanda, y la teoría económica, la cual precisamente surgió durante la gran depresión, nos indica que, ante una caída económica de estas proporciones debe contenerse con medidas anticíclicas que generen actividad económica, ya sea incrementando el gasto en inversión en obra pública o proporcionándole apoyos económicos a la población para incrementar el consumo y de esta manera reactivar la actividad económica.
Pero conforme la pandemia se ha
prolongado, ha llegado el momento de preguntarnos hasta dónde pueden los
gobiernos seguir endeudándose para mitigar los efectos de esta crisis, sin que
los altos niveles de endeudamiento provoquen otra crisis, o que la recuperación
económica de la actual crisis sea mucho más lenta y dolorosa para la población.
Además, a diferencia de la gran depresión, en esta ocasión los gobiernos están
incrementando sus niveles de endeudamiento, pero esto no está dejando nueva
infraestructura en sus países, que les genere beneficios en el largo plazo.
Las tasas de interés son la justificación del gobierno mexicano
El secretario de hacienda, indicó en una entrevista en el programa es la hora de opinar, que México no se encuentra en igualdad de condiciones con los países que implementaron los programas de rescate más grandes, pues debido a las tasas de interés tan bajas e incluso negativas, que prevalecen en la mayoría de los países desarrollados, estos pudieron crear paquetes de estímulos fiscales y económicos para apoyar a sus ciudadanos, debido a que para ellos el costo de contraer deuda es casi nulo, lo que hace más viable que puedan manejar niveles de endeudamiento más altos.
Según su observación, la tasa de interés
de México es 45 veces más alta que la de Reino Unido, 20 veces más alta que la
tasa de Canadá, y las tasas de interés de Suiza, Alemania y Japón son
negativas. Además, el secretario de hacienda, también mencionó que, debido a
las leyes mexicanas en relación al uso de la deuda, México no podría
implementar paquetes de rescate de la misma manera que los países
desarrollados, ya que en México solamente se puede utilizar la deuda para
construir infraestructura.
Un programa de infraestructura es la respuesta más adecuada
La explicación del secretario de hacienda sobre la deuda, contradice la misma postura del presidente López Obrador, debido a que indica que México sí puede implementar medidas para mitigar los efectos de la crisis del covid 19. Ya que según palabras del mismo Secretario de Hacienda, México puede implementar programas de infraestructura que impulsen la actividad económica, lo cual en definitiva es una mucho mejor opción a los programas de apoyos directos a la población, ya que México carece de la infraestructura suficiente para distribuir esos apoyos a la mayoría de los ciudadanos, mucho menos para fiscalizarlos y evitar la corrupción.
En la misma entrevista señaló que el gobierno mexicano, planea gastar 5 puntos del PIB en infraestructura durante el 2021, casi el doble de la inversión en obra pública presupuestada para 2020, pero casi toda esa inversión se centrará en las tres obras principales del gobierno de López Obrador, el aeropuerto de Santa Lucía, el tren Maya, y la refinería de dos bocas, los cuales se concentran solo en tres pequeñas regiones del país, dejando a su suerte al resto del país donde vivimos más del 70% de los mexicanos, donde la inversión en infraestructura se ha reducido aún más que la tendencia que se ha presentado en los últimos cinco años.
Independientemente de si las obras
prioritaria de este gobierno son viables o no, estas ya estaban contempladas
desde antes de la pandemia, por lo que estas obras no lograrán los efectos que una
situación tan adversa como la pandemia amerita, lo que justifica la necesidad de
programas de obras públicas, que incentiven la actividad económica en el país,
además un programa de infraestructura hará menos probable que se desperdicie el
tan limitado capital, debido a que en México si algo falta es infraestructura,
y es tal el rezago en este sentido que no es difícil el identificar obras
indispensables y de alto impacto económico y social para cada región del país.
El presidente y la aversión a la deuda
Es públicamente conocida la aversión a la deuda del presidente López Obrador, al grado que el no incrementar la deuda del país es una de sus promesas de campaña, y el contexto de esta postura también es más que conocido. Pero en el transcurso de este año la deuda pública de México ha pasado del 44% al 52% del PIB debido a la depreciación del peso, ósea México hoy está más endeudado que hace un año a pesar que el gobierno mexicano no ha contratado nueva deuda, por lo que el objetivo del presidente no se cumplirá y no por culpa de su gobierno, sino por las consecuencias de la pandemia.
Entonces, si hay un momento para considerar la postura hacia la deuda pública es este, ya que en estos momentos el contraer deuda pública para mitigar los efectos de la crisis económica está más que justificado, y lo estaría aún más si se destina exclusivamente para obra pública. Incluso, para legitimar aún más la decisión se podría recurrir al congreso para decidir qué obras se deben de construir y para su fiscalización, además un programa de infraestructura podría utilizarse para limar asperezas con los gobernadores, y para incrementar el apoyo hacia el presidente en las zonas donde se construyan las obras, pues hoy al menos que vivas en Ciudad de México, Dos Bocas Tabasco, o los pueblos por donde va a pasar el tren maya, la construcción de obra pública en la ciudad o estado donde vives es prácticamente nula
Y si algo nos ha demostrado el presidente López
Obrador, es su capacidad para ganar la narrativa mediatica para justificar sus
acciones de gobierno, y en este caso quien pudiera oponerse a que el gobierno
federal contraiga nueva deuda para construir infraestructura, puede fácilmente
ser opacado por la narrativa oficial, cuya estrategia ya conocemos, pues para
legitimar esta decisión fácilmente se puede recurrir a una consulta pública,
como las que se han hecho en repetidas ocasiones, para temas mucho menos
justificables que este.
Conclusión
En conclusión, si bien ahora resulta claro que la actitud del presidente López Obrador y su gobierno, sobre no implementar un rescate para contrarrestar los efectos de la pandemia en la economía, no fue una decisión tan mala como parecía hace seis meses, ya que los países que implementaron programas de estímulos económicos, lo hicieron calculando que la contingencia duraría dos meses, por lo que muchos de esos países ya agotaron sus recursos y la pandemia aún sigue, y el mejor pronóstico sobre esta crisis económica no lo proporcionaran los economistas sino los epidemiólogos.
Además hoy queda claro que esta no es una crisis como las anteriores, ya que la economía se recuperará más rápidamente una vez que todas las restricciones se hayan liberado por completo, a diferencia de otras crisis, en las cuales la recuperación estaba ligada al saneamiento de los sistemas financieros, lo que hace que esta recuperación económica esté 100% ligada al tema de la salud, debido a que las restricciones a la movilidad no podrán retirarse por completo hasta que la pandemia no se haya controlado por completo, y exista una vacuna disponible para la mayoría de la población, lo que podría tardar meses o años haciendo el panorama a corto y mediano plazo incierto.
Pero conforme esta situación se prolongue, se incrementará el número de empresas que no sobrevivirán y la presión sobre los sistemas financieros se incrementará, aumentando el riesgo de que además del factor salud, el factor financiero se convierta en parte de esta crisis. Por esta razón, es indispensable que el gobierno tome medidas para reactivar la economía, y de esta manera evitar que las consecuencias de la pandemia creen efectos a largo plazo en otras áreas de la economía, los cuales afectarían directamente a los ciudadanos, ya que muchos de ellos no tendrán sus trabajos de vuelta una vez termine la pandemia.
Y dadas las limitantes económicas de
México, la mejor opción que tenemos es contraer deuda para crear programas de
infraestructura, que reactiven la economía en todo el país, reemplazando una
parte de los empleos perdidos por la pandemia, y los ingresos de esos
trabajadores incrementarán el consumo, reduciendo de esta manera los estragos
económicos de la pandemia. Y a diferencia de un plan de apoyos directos a los
ciudadanos, para el cual México no cuenta con la infraestructura necesaria, un
plan de infraestructura es un uso más eficiente de los limitados recursos
económicos, ya que las obras públicas construidas beneficiaran a la población
aun después de que la pandemia termine.
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