Cómo debe México aprovechar el Nearshoring
En el post anterior hable sobre cómo el mundo está entrando en una era de desglobalización, o mejor dicho, en los próximos años se reubicaran muchas líneas de producción que en este momento se encuentran en China y otros países de Asia, y se ubicaran en los principales mercados como Estados Unidos y Europa o en países cercanos a ellos, lo que se conoce como nearshoring y que coloca a México en una posición privilegiada, ya que no solamente compartimos más de 3000 kilómetros de frontera, sino que contamos con un tratado de libre comercio vigente y con infraestructura logística como autopistas y vías férreas operando que si bien no se encuentran en las mejores condiciones facilitan la movilización de mercancías entre los dos países, por lo que México sin necesidad de cambiar leyes, y con la infraestructura que ya tiene, puede atraer buena parte de esas líneas de producción que buscan acercarse a Estados Unidos para reducir costos de transportación, evitar riesgos de logística y reducir los riesgos geopolíticos que en este momento implica el tener inversiones en China.
Si bien este fenómeno ya se está reflejando en la frontera norte donde por ejemplo en Baja California en diciembre de 2021 estaban ocupadas el 99% de las naves industriales disponibles, mientras que a nivel nacional la demanda de espacios industriales se ha incrementado un 42% en comparación con el año 2021 y en estos momentos se están construyendo 4.7 millones de metros cuadrados de naves industriales, lo que equivale al doble de lo construido durante el año pasado, además en el indicador de actividad industrial de México podemos ver como la actividad industrial se incrementó un 4.5 de abril de 2021 a abril de 2022, y si bien este indicador aún no se recupera a niveles anteriores a la pandemia se encuentra en franca recuperación.
Pero las acciones del gobierno mexicano violan el TMEC
Y toda esta actividad industrial se está generando a pesar de la actitud hostil del gobierno federal hacia la inversión privada, liderada por acciones como la cancelación por decreto presidencial de la planta cervecera de Constellation Brands en Mexicali, la cancelación arbitraria de contratos entre privados y paraestatales como CFE y PEMEX, y por último las acciones que más afectan la imagen de México hacia la inversión privada que son las medidas que buscan fortalecer los monopolios de PEMEX y CFE así como el no reconocimiento de contratos de interconexión de energía eléctrica de plantas de generación de eléctricas privadas, ya sea para la comercialización como para el auto abasto, los cuales se encontraban operando desde antes que iniciara la administración de López Obrador, y que actualmente buscan cancelar para aumentar las ventajas competitivas de CFE, comportamiento para el cual se creó un apartado en el TMEC dirigido a México y sus monopolios del sector energético, apartado que obviamente se está incumpliendo.
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Y justo este problema puede volverse un tema relevante en Estados Unidos conforme dicho país se acerca a las campañas electorales, ya que hace unos días la NAM (Nacional Association of Manufacturers) que es una cámara empresarial de empresas manufactureras , le hicieron llegar al presidente Joe Biden una carta donde hacen notar una serie de problemas que están encontrando sus empresas al operar en México y que a su vez representan violaciones al TMEC, dentro de las violaciones al TMEC que denuncia la NAM resaltan las siguientes:
- Medidas del gobierno mexicano que, en materia de generación de energía eléctrica para favorecer a CFE, que ponen en riesgo contratos de suministro existentes con proveedores privados
- Rechazos y retrasos en la autorización de permisos de importación de combustibles
- Creación de regulaciones en materia de equipos médicos y lácteos que se alinean con estándares de Estados Unidos y que por lo tanto restringen importaciones de Estados Unidos a México.
- Retrasos en la aprobación de químicos, fitofármacos, biotecnología agrícola y equipos médicos
- Prohibiciones por parte de México para la importación de productos para el cuidado de cultivos y productos de biotecnología agrícola
- Incumplimiento por parte de México para implementar en las aduanas las obligaciones firmadas en el TMEC
Si bien algunos de estos temas ya se están atendiendo por la subsecretaria de comercio exterior, y el resto de dichos temas se discutieron en la segunda reunión de la Comisión de Libre Comercio del TMEC, de la cual sobresale que si bien el gobierno de Estados Unidos seguirá insistiendo en resolver mediante el diálogo directo los problemas generados por la política energética del gobierno de López Obrador que a todas luces viola las condiciones del TMEC, pero que no descartan recurrir al sistema de arbitraje mediante el mecanismo de respuesta rápida de solución de disputas, que se creó con el TMEC para resolver este tipo de controversias, además, un estudio realizado por el Wilson Center, donde se evalúa el desempeño del tratado comercial durante sus primeros dos años de operación, donde se resaltan malas prácticas por parte del gobierno mexicano con respecto a biotecnología agrícola, inversión privada, sector energético, y acceso al sistema de justicia, aunque a nivel general le dan una calificación positiva al tratado, resaltando que en estos dos años el 75% de las importaciones de México y Canadá provienen de Estados Unidos, mientras que ambos países son los principales socios comerciales de Estados Unidos duplicando entre ambos las exportaciones de China con Norteamérica.
Debido al contexto de Estados Unidos el nearshoring es una necesidad
Por lo que una vez que se planteó el contexto en el que se encuentran las relaciones comerciales entre México y Norteamérica, debemos reconocer las realidades a las que se enfrentaran los tres países en el corto y mediano plazo, ya que tal y como ha venido sucediendo en los últimos dos años, se seguirán reubicando líneas de producción de Asia a México, simplemente debido a las tensiones geopolíticas entre Estados y China que antes de la pandemia había desencadenado una guerra comercial con aranceles y sanciones comerciales interpuestas entre ambos países, que sin duda afectan al comercio internacional y a los cientos de miles de millones de dólares invertidos en China por parte de empresas estadounidense, además que a esta situación se suma el cambio de política interna en china a la cual llaman prosperidad compartida, la cual bajo la fachada de intentar reducir la desigualdad y promover los valores orientales sobre los de occidentes, en realidad busca mantener el control del partido comunista chino en todos los ámbitos posibles, y por lo tanto limitar el surgimiento ya sea de grandes empresarios, influencers, artistas y demás personas que pudieran convertirse en una eventual oposición política o ideológica.
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Lo que está representando todo un cambio de paradigma, sobre las políticas económicas que China venía implementado en los últimos 40 años y que se basaban en fomentar la inversión extranjera, por lo que dicho cambio de actitud por parte del gobierno chino está asustando en mayor manera que la guerra comercial con Estados Unidos a las empresas que mantienen líneas de producción en dicho país, por lo que a pesar de la actitud hostil del gobierno de López Obrador hacia la inversión privada, está ni siquiera se compara en cuanto a nivel de riesgo si se le compara con la actitud del gobierno chino, y sobre todo al poder y nivel de control que mantienen dentro de su país.
Entonces, debido a la situación con China, la reubicación de gran parte de las líneas de producción de empresas occidentales se ha convertido en una necesidad, y además como lo he comentado en otros artículos Estados Unidos no cuenta con los trabajadores ni la infraestructura suficiente para operar todas esas líneas de producción que estarán ubicándose en el mediano y largo plazo, y es ahí donde recae la importancia de sus países vecinos y principales socios comerciales con quienes ya tiene un tratado comercial vigente, lo que explica por qué a pesar de la actitud del gobierno mexicano en los últimos años se han incrementado las inversiones de manufactura en los estados fronterizos, pero si esta actitud cambia, el beneficio que podrá obtener México del nearshoring difícilmente se propagara más allá de los estados y ciudades fronterizas con Estados unidos.
Que debe hacer el gobierno mexicano para aprovechar el Nearshoring
De la misma manera en que es necesario entender el contexto desde el punto de vista de Estados unidos, también debemos hacer hincapié en el contexto del presidente López Obrador y su gobierno, ya que si analizamos las acciones de su gobierno que violan las condiciones del TMEC estas se centran en la política energética y en biotecnología agrícola, y si no sabes que significa el último término, seguramente habrás escuchado la cruzada de algunos miembros de la 4T hacia los alimentos transgénicos, lo que significa que esas acciones de nuestro gobierno que se contraponen con lo firmado en el TMEC, obedecen a ideología política arraigada en el alma del discurso de obrador y muchos de los integrantes de su gobierno, lo que significa que es muy difícil, si no que imposible el que cambien su postura en estos temas en específico.
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Lo que significa, que el gobierno de López Obrador debe buscar una solución media o indirecta que destrabe esta encrucijada en la que se encuentran, ya que si bien es muy difícil que cambien su postura, el poner en riesgo el TMEC o la relación comercial con Estados Unidos es un lujo que ningún gobernante mexicano se puede dar independientemente de su ideología, entonces, entendiendo esta situación, la mejor solución para López Obrador y su imagen hacia su base de simpatizantes, es el permitir que las controversias en materia energética y de biotecnología agrícola vayan a los paneles de arbitraje del TMEC, quienes es prácticamente un hecho que en la mayoría de los casos les terminaran dando la razón a las empresas estadounidenses y Canadienses debido a las condiciones que los tres países firmaron en el tratado y que México no está cumpliendo.
Por lo que sí permiten que las controversias terminen en los paneles de arbitraje y se respeta a cabalidad lo que resuelvan dichos paneles, se evitará una confrontación directa con los gobiernos de Estados Unidos y Canadá, al mismo tiempo en que se resolverán los principales temores de los inversores extranjeros hacia el gobierno mexicano, lo que a su vez significa que México terminaría con dos políticas energéticas, una para las empresas que participan en el TMEC y otra para el resto más apegada a su ideología política y de esta manera Obrador podrá decirle a su base de simpatizantes el discurso propagandístico de soberanía energética que los mexicanos venimos escuchando desde que Lázaro Cárdenas expropió el sector petrolero en 1939.
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