Por qué el reparto histórico de utilidades es un claro ejemplo de porqué en México no se debe permitir el outsourcing
Seguramente recordarás hace un poco más de un año cuando en medios de comunicación nacionales se discutían los efectos del decreto presidencial que prohibió la subcontratación de personal en México a lo que también se le conoce como Outsourcing, y de esa discusión habrás escuchado o leído comentarios en programas de opinión y columnas periodísticas donde entre otras cosas, se criticaba que esta medida perjudicaría fuertemente la competitividad de las empresas mexicanas ya que estas elevarían sus costos operativos y por lo tanto se reduciría drásticamente la contratación de trabajadores nuevos, e incluso podrían realizarse despidos masivos de empleados en aquel momento contratados mediante la subcontratación. Pero de estas críticas que muy probablemente eran coordinadas por grupos de cabildeo financiados por grupos empresariales para influir en la opinión pública en favor de sus intereses, en ninguna de estas discusiones en la comentocracia se tomaba en cuenta el punto de vista en favor de las condiciones laborales de los trabajadores mexicanos, cuyos derechos laborales eran diezmados o evadidos por las empresas mexicanas utilizando a la subcontratación como principal herramienta para lograrlo con la intención de reducir sus costos laborales.
Pero hace unos días, cuando la secretaria del trabajo público un informe sobre las cifras del reparto de utilidades que las empresas le entregaron a sus trabajadores entre mayo y junio de este año, correspondiente a las utilidades obtenidas durante 2021, quedo más que claro él porque era necesario el prohibir la subcontratación, ya que las utilidades entregadas este años representan un incremento de un 109% en relación a las utilidades entregadas en 2021, lo que en si representa un claro efecto de la reforma laboral contra el outsourcing la cual entró en vigor el 1 de septiembre de 2021, lo que significa que la causa de que las empresas repartieran más del doble de utilidades a sus trabajadores, es por la aplicación de nuevas leyes que tuvieron vigencia solo los últimos 4 meses del año pasado, por lo que el próximo año este dato deberá ser tres veces más contundente, pero los datos publicados de este año son lo suficientemente tangibles y contundentes, como para evidenciar uno de los pocos logros legítimos del gobierno del presidente López Obrador, ya que a diferencia de como sucede en la mayoría de la propaganda gubernamental, aquí no se requiere manipular las estadísticas o presentar solo los indicadores positivos, ya que en este caso por donde se le mire y como se analice, representa un logro en favor de los trabajadores mexicanos.
Lo que hace necesario hacer una pequeña pausa, para dejar bien en claro que mi intención en este articulo no es la de hacer propaganda en favor del gobierno mexicano, sino de utilizar este dato para analizar más a detalle, por qué por lo menos en el mediano plazo, en México no se debe volver a permitir la utilización del outsourcing como método de contratación laboral, para lo cual habremos de analizar las causas que convirtieron esta práctica en una herramienta para evadir impuestos y obligaciones laborales entre las que se encuentra el reparto de utilidades, así como también debo aclarar, que hasta cierto punto los argumentos que daba la comentocracia para oponerse a la prohibición del outsourcing son ciertos, ya que efectivamente se hace más difícil y costosa la contratación de trabajadores, y es muy probable que no todas aquellas personas que hace un año estaban subcontratadas hayan sido recontratadas por las empresas para las que en realidad trabajaban, efecto que seguramente arrojo a más personas al desempleo, pero ante esto, debemos de analizar de que nos sirve el crear empleos que ofrecen condiciones laborales precarias y que incluso debido a la evasión de obligaciones laborales, muchas de estas empresas también evadían el pago de ahorro para el retiro de sus trabajadores, lo que hacía más grave el ya de por si severo problema de pensiones que tenemos en puerta.
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Por lo que debemos iniciar especificando que, aunque el outsourcing en realidad no es más que una variante de contratación laboral, que tiene como objetivo flexibilizar la contratación de trabajadores que desempeñan labores que no se relacionan a la actividad principal de la empresa, como, por ejemplo, en empresas de manufactura las labores de seguridad, de limpieza, servicios contables, servicios de marketing etc. y que es utilizada en muchos países del mundo, pero que en México las empresas abusaron de esta práctica por décadas, alcanzando niveles absurdos en que la mayoría de su personal estaba subcontratado, incluso en labores inherentes a la actividad principal de la empresa, por lo tanto era común que una empresa que fabrica zapatos el zapatero estuviera subcontratado, en bancos los ejecutivos que te venden una tarjeta de crédito o que te cobran un cheque eran subcontratados, en cadenas de restaurantes los cocineros eran subcontratados y estos mismos ejemplos se repetían en la mayoría de las medianas y grandes empresas de todos los sectores de la economía Mexicana.
Y de igual manera en que es necesario el especificar que es el outsourcing y porque en México es un problema para el cumplimiento de los derechos laborales, también es necesario contextualizar por qué las empresas mexicanas abusaron de la subcontratación para evadir impuestos y obligaciones laborales, lo que nos lleva a hacer un poco de historia en lo que respecta a las condiciones de trabajo en México, siendo el primer antecedente el sistema de encomiendas implementado por la corono española durante la época de la colonia, las cuales consistían en otorgarle a caciques el permiso de explotación laboral de una parte de la población que ahora quedaba a su cargo, un sistema laboral muy parecido al sistema de servidumbre en que vivía la mayoría de la población durante la edad media en Europa, y una vez que México se independizo este sistema evolucionó en el sistema de peonaje que se utilizó en prácticamente durante todo el siglo XIX, siendo más conocido por su utilización durante el porfiriato y que a su vez se le considera un antecedente de la revolución mexicana.
Una vez concluida la revolución mexicana, la constitución de 1917 y las leyes posteriores que se implementaron a lo largo del siglo XX prohibieron el uso del peonaje, y se le otorgaron por primera vez derechos laborales a los trabajadores mexicanos, pero debido a la naturaleza extractiva en que a lo largo de la historia mexicana ha estado organizado el trabajo y la manera en que las empresas mexicanas lidian con sus trabajadores, todas las leyes que se han aprobado en México desde 1917 buscan ampliar los derechos laborales y mejorar las condiciones de trabajo, pero de esa misma manera, todos y cada uno de los gobiernos que ha tenido México desde la presidencia de Venustiano Carranza hasta la de López obrador, han protegido o permitido que se protejan los intereses de los grandes empresarios del país, para quienes es de su principal interés que la naturaleza extractiva del trabajo en México se mantenga, lo que explica por qué a pesar de que nuestras leyes laborales que en algunos aspectos están a la altura de países desarrollados, las condiciones laborales reales en México en algunos sectores son comparables con países del tercer mundo esto debido a que nuestros gobernantes no han querido hacer cumplir nuestras leyes mediante, inspecciones laborales e instituciones como la secretaria del trabajo.
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Y ese es el fondo del problema, ya que en México como en el resto del mundo el origen del deterioro de los ingresos y las condiciones laborales de los trabajadores es la falta de regulación de los gobiernos, pero en el caso de nuestro país, este comportamiento no se originó con la implementación de políticas neoliberales a principios de la década de los 80, sino que es un problema que venimos arrastrando desde la colonia, y que se maximizo después de la firma del tratado de libre comercio, cuando además de los empresarios mexicanos, también tuvieron que prevalecer los intereses de las empresas internacionales, que instalaron sus líneas de producción en nuestro país buscando menores costos operativos, siendo uno de ellos el de la mano de obra.
Por lo tanto la razón por la que las empresas utilizaron al outsourcing en México como una manera de evadir impuestos y obligaciones laborales, fue porque el gobierno mexicano se los permitió, ya que de la misma manera en que los inspectores laborales, los auditores del seguro social, las juntas de conciliación y arbitraje y los juzgados voltearon hacia otro lado en favor de los empresarios, de esa misma manera nuestros legisladores también voltearon hacia otro lado a la hora de legislar leyes para corregir este problema, lo que explica porque a pesar de que la implementación de leyes que permitieran la libertad sindical, era uno de los compromisos que adquirió México a la hora de firmar el tratado de libre comercio en 1994, pero estas leyes no se legislaron hasta la reforma laboral de 2019 la cual fue aprobada debido a las presiones de Canadá y Estados Unidos en las negociaciones del nuevo tratado de libre comercio que se firmó a finales de 2019, y que al igual que en 1994 para su firma México adquirió una serie de compromisos en materia laboral, en este caso el presidente López Obrador firmo una carta compromiso ante un comité de la cámara de representantes del congreso de Estados Unidos donde se comprometió a construir la infraestructura necesaria para implementar la reforma laboral de 2019 la que se implementaría en tres etapas y según esa carta la tercera y última etapa debería haber estado funcionando en mayo de 2022, por lo que una vez más un gobierno mexicano está incumpliendo en hacer cumplir una ley laboral.
Lo que nos deja claro que tampoco para el gobierno del presidente López Obrador es siquiera una de las muchas prioridades de su gobierno el hacer cumplir nuestras leyes laborales, por lo que, si bien hoy podemos ver un dato sorprendente obtenido gracias a un cambio positivo en la ley, debemos esperar que esta sea más una excepción que una norma en este tema, porque este año y el siguiente se reflejaran grandes incrementos en el reparto de utilidades que las empresas le entregan a sus trabajadores, y con justa razón el gobierno de la 4t lo difundirá como un logro, pero eventualmente las empresas encontraran la manera de evadir el pago de utilidades, de la misma manera como lo han hecho en el pasado después de un cambio en la ley, y esto ocurrirá otra vez de la misma manera que en el pasado, porque al igual que los gobiernos anteriores, el gobierno de la 4t les permitirá hacer las tácticas necesarias para evadir el pago de utilidades, así como les permitirá el implementar cualquier táctica que encuentren las empresas para evadir la creación de sindicatos o cualquier otro derecho laboral obtenido para los trabajadores en la Reforma de 2019.
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Y es por esta razón, que debemos dejar bien en claro que es por estas razones por las que en México no se puede volver a permitir de forma abierta la subcontratación u Outsourcing, por lo menos no hasta que esté o algún otro gobierno nos demuestra que es capaz de hacer cumplir de forma eficiente las leyes laborales, o hasta que se implementen mecanismos que le permitan a los trabajadores una mayor representatividad ante nuestros políticos y gobernantes y de esta manera puedan ser escuchados, y sus necesidades se convierten en promesas de campaña de nuestros políticos que eventualmente se terminen convirtiendo acciones de gobierno para hacer respetar los derechos laborales. Un ejemplo de cómo ocurre esto, lo pudimos observar en Estados Unidos antes de la elección de 2016, cuando las necesidades de la clase trabajadora que habían sido ignoradas por varias décadas por sus gobiernos, lograron ser escuchadas a través de algunos movimientos de trabajadores y esas necesidades se convirtieron en la base de la campaña de Donald Trump en 2016 y posteriormente influyeron en muchas de las decisiones de su gobierno y en respuesta a eso, el partido demócrata retomo las necesidades de los principales sindicatos en 2018 y 2020 siendo estas la base de muchas de las políticas del gobierno de Joe Biden.
Pero en México no puede ocurrir esto, porque no existe en la practica la libertad sindical que permita la creación de verdaderos sindicatos que representen a los trabajadores, y los únicos sindicatos que hoy son escuchados por nuestros políticos, son los sindicatos corporativistas heredados de la era priista que fueron creados para mantener bases clientelares, lo que significa que en la realidad, la gran mayoría de los trabajadores mexicanos no tienen quien los represente, ya sea para negociar sus condiciones laborales con sus empleadores ni para hacerle saber sus necesidades a sus gobernantes, y tampoco pueden acudir a los mítines políticos, que son la única herramienta que los políticos mexicanos utilizan para escuchar a los ciudadanos, porque están ocupados trabajando, lo que explica por qué son ignorados por todas las corrientes políticas de nuestro país, y porque esto seguirá así por muchos años más, al mismo tiempo en que las principales empresas que son las que más empleos generan, cuentan con cámaras empresariales para hablar de forma directa con los políticos y gobernantes y con los recursos suficientes para corromperlos a favor de sus intereses y cuando eso no es posible, cuentan con los recursos para insertar los temas de su interés en la comentocracia para de esta manera influir en la opinión pública, y de forma indirecta influir en la toma de decisiones de legisladores y de funcionarios a cargo de la creación o implementación de programas de gobierno.
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