Por qué Estados Unidos no quiere emplear a los migrantes para resolver su escasez de mano de obra
Estados Unidos por razones de logística y de seguridad nacional,
necesita relocalizar miles de fábricas que en este momento están en China, en
un momento que su economía sufre de una escasez de mano de obra, pero si vemos
las noticias en los últimos días nos salta la pregunta ¿por qué en lugar de
emplear a los migrantes para ocupar sus millones de puestos de trabajo
vacantes, continúan aplicando las mismas políticas migratorias restrictivas?
incluyendo la expulsión a México de miles de migrantes que no pueden ser
deportados, porque actualmente no tienen relaciones diplomáticas con sus países
de origen.
Como resultado de cumbre de líderes de América del Norte se
anunció que México aceptó recibir hasta 30 mil migrantes originarios de
Venezuela, Cuba, Nicaragua y Haití que sean expulsados de Estados Unidos por
cruzar de forma ilegal su frontera, acuerdo que se celebró justo en medio de la
crisis de escasez de mano de obra que sufre Estados unidos y en medio del
contexto del Nearshoring, sobre lo cual se especula que uno de los objetivos
centrales de la visita del presidente de estados unidos y del primer ministro
de Canadá fue el asegurarse que México emprenda las acciones necesarias para
hacer posible la relocalización de fábricas provenientes de Asia, para lo cual
se requiere de una gran cantidad de mano de obra, razón por la cual estos dos
países necesitan de la participación de México, lo cual quedó formalizado con
la creación de una comisión trilateral para facilitar la implementación del
Nearshoring en Norteamérica.
Debido a que la relocalización de líneas de producción de empresas
estadounidenses que actualmente operan en Asia, es una necesidad por motivos de
logística e incluso en algunos productos es una necesidad por motivos de
seguridad nacional, debido a un cambio radical en las políticas internas de
China, mejor conocidas como prosperidad compartida y sus inminentes intenciones
de invadir Taiwán, razones por las cuales el Nearshoring tiene que realizarse
si o si, incluso a pesar de que Estados Unidos se encuentra en medio de una
crisis de escasez de trabajadores, la cual, en grandes rasgos, según algunos
estudios faltan 2.9 millones de personas en el mercado laboral estadounidense,
y las ofertas de empleos duplican al número de personas que se encuentran
buscando trabajo,
Escenario que hace técnicamente imposible la instalación en
Estados Unidos o en Canadá de todas las fábricas que requieren ser relocalizadas,
por lo que la siguiente opción es México que además de compartir miles de
kilómetros de frontera, es uno de sus principales aliados comerciales y cuenta
con un tratado de libre comercio vigente. Y precisamente esta realidad marcará
a toda la región de Norteamérica en la próxima década, durante la cual se
estará implementando el Nearshoring, y para que esto ocurra se requiere que una
gran parte de estas fábricas se instalen en México donde si hay mano de obra
disponible, además de la implementación de programas de empleo temporal para
que trabajadores mexicanos ocupan empleos de demanda estacional en sectores
como la agricultura.
Estados Unidos necesita trabajadores, pero en lugar de emplear a
los migrantes deportara a miles a México
Ya que, todo este contexto que obliga a las empresas a relocalizar
sus líneas de producción está ocurriendo en un momento en que se están
incrementando los flujos migratorios hacia Estados Unidos, poniendo a su
disposición a miles de potenciales trabajadores que tanto necesita su economía
en estos momentos, para mitigar problemas estructurales como las altas tasas de
inflación y la falta de trabajadores en sectores esenciales para la operación
de su país. Por lo que sí existe un momento en que los migrantes son de utilidad
para las economías de Estados Unidos y Canadá es ahora. Por lo que, si
solamente tomáramos en cuenta la teoría económica, en este momento, estos dos
países deberían estar otorgando permisos temporales a quienes ya se encuentren
ahí, implementando programas a gran escala de trabajadores temporales
provenientes de México, e incluso debería estarse renegociando nuevo apartado
del TMEC con la finalidad de permitir flujos migratorios controlados entre los
tres países para cubrir las necesidades de mano de obra de la región.
En resumen, el nuevo acuerdo migratorio entre Estados Unidos
y México, consiste en que México recibirá hasta 30 mil migrantes por mes
provenientes de Haití, Cuba, Nicaragua y Venezuela debido a que las
autoridades migratorias de Estados Unidos no pueden enviarlos a sus naciones de
origen debido a que no tienen relaciones diplomáticas con dichos países, por lo
que su solución más práctica fue pedirle ayuda a nuestro país para resolver
esta crisis humanitaria ocasionada por la migración, condiciones que al parecer
el gobierno mexicano aceptó sin pedir nada a cambio, cuando por ejemplo, cuando
Turquía acordó recibir a millones de refugiados para que no ingresaran a la
unión europea, lo hizo a cambio de 6 mil millones de euros para financiar el
costo de mantener a dichos migrantes.
Lo que nos deja con bastantes dudas, como ¿Por qué México aceptó
esa gran cantidad de migrantes, absorbiendo los costos de mantener a tantas
personas sin pedirle nada a cambio a Estados Unidos? o si México no pidió
recursos económicos a cambio de aceptar a los migrantes ¿En qué otros aspectos
cedieron Estados Unidos?, acaso será esta la razón por la que Estados Unidos
está siendo más laxo en el tema energético, incluyendo las disputas
interpuestas ante los paneles de arbitraje del TMEC
Pero volviendo a nuestro tema, para poder responder por qué
Estados unidos utiliza a los migrantes para resolver la escasez de
trabajadores, primero es necesario establecer un poco de contexto;
Fantasmas del pasado se anteponen a la razón
Probablemente te habrás dado cuenta, que las decisiones económicas
que se toman en cada país son el resultado tanto del ambiente político interno
como de la ideología política de los gobernantes en turno, por lo que, por más
que queramos resulta imposible el separar tanto a la economía de la política
como a la política de la economía, debido a que los políticos de un país
democrático están obligados a escuchar las demandas de su población a la hora
de tomar decisiones de políticas públicas, sobre todo en temas tan polémicos
como la migración, donde la voluntad de la población se basa más en ideologías
arraigadas en la cultura interna que en la practicidad o la razón.
O, mejor dicho, si los políticos de un país democrático quieren conservar
su carrera, deben de escuchar el sentir de sus votantes a la hora de tomar
decisiones, y este sentir de la población está fuertemente sesgado por filias y
fobias, que en el caso de temas como la migración prevalecen por encima de
soluciones a problemas económicas que afectan a la vida cotidiana de los
ciudadanos, como evitar el incremento en el precio de los productos y servicios
que necesitan en su vida diaria, por esta razón en Estados Unidos es tan
complicado el hacer cambios en sus políticas migratorias como en México es
igual de complicado el hacer cambios en leyes energéticas especialmente si
tienen que ver con el petróleo.
Por lo que una vez que entendimos que la migración es un tema muy
sensible en Estados Unidos, ahora debemos entender por qué, ya que no debemos
olvidar que se trata de un país desarrollado que cuenta con leyes e
instituciones enfocadas en ofrecer a sus ciudadanos un estándar mínimo de
calidad de vida mediante servicios públicos, como acceso a la atención médica
en casos de emergencias y educación, además de contar con un sistema de estado
de bienestar que si bien tiene muchas limitaciones y carencias a la hora de
compararlo con los estados de bienestar de otros países desarrollados,
resultaría impensable el implementar algo así en México en el corto o mediano
plazo, como seguros de desempleo, cupones de alimentos para personas en
condiciones de pobreza y cupones de alimentos y demás productos para garantizar
el sano desarrollo de niños hasta cierta edad.
Servicios públicos y sistemas de asistencia social que pueden
verse desbordados en épocas de altos flujos migratorios, encareciendo la
calidad de dichos servicios e incrementando considerablemente el costo a las
finanzas públicas del estado, lo cual es pagado por toda la población local
mediante impuestos, lo que convierte a los costos inherentes a la migración en
un tema sensible para gran parte de la población residente del país.
Además, que los flujos de migración pueden afectar negativamente
la economía si no son controlados adecuadamente, por lo que, es importante
mencionar que cuando hay un gran número de inmigrantes buscando trabajo, se
puede crear una sobreoferta de mano de obra, lo que reduce los salarios y
aumenta el desempleo entre los trabajadores nacionales. Por otro lado, cuando
hay un gran número de inmigrantes dispuestos a trabajar por salarios bajos, las
empresas pueden abusar de estos trabajadores y pagarles menos de lo que se
merecen, lo que además de representar un problema de explotación laboral para los
migrantes, termina encareciendo las condiciones laborales de todos los
trabajadores.
Situación que, si bien es completamente opuesta a las condiciones
actuales del mercado laboral de Estados Unidos, los flujos migratorios ya han
creado problemas al mercado laboral de ese país en el pasado en varias
ocasiones, y sus consecuencias aún siguen arraigadas en la población local, de
ahí su oposición a permitir más migrantes en su país, a pesar de que en este
momento los necesiten para reducir los efectos de la inflación que tanto les
está afectando.
Los sesgos se oponen a una verdadera solución
Y debido a que este fenómeno de relocalización de manufacturas,
estará ocurriendo en medio de una crisis laboral consecuencia de la escasez de
personas dispuestas a trabajar, tanto las condiciones para que las líneas de
producción que actualmente están en China, puedan reubicarse, como la rapidez
con la que las fábricas reubicadas puedan comenzar a operar en sus nuevas
ubicaciones, se verán afectadas por la falta de trabajadores disponibles,
porque simplemente no hay suficiente mano de obra para ocupar los puestos de
trabajo que generaran esas nuevas plantas reubicadas, los cuales se suman a la
sobre oferta de puestos de trabajo que existe en este momento.
Por lo que, en un mundo ideal no manchado por ideologías
políticas, en este momento se estaría negociando un nuevo apartado laboral en
el TMEC enfocado en programas de movilidad de trabajadores entre los tres
países, mediante permisos temporales y en la migración de personas con
habilidades específicas demandadas por el mercado laboral. Pero debido al
factor político que se vive en los tres países esta opción parece casi
imposible, ya que basta con observar debates en los principales programas de
opinión en Estados Unidos para descartar esta posibilidad, ya que es común
escuchar en la opinión pública estadounidense argumentos que en muchas
ocasiones evocan al nacionalismo y corrientes políticas importantes que
sugieren el aislacionismo económico como una opción para su país.
Mientras que en México el actual gobierno ha revivido la vieja
narrativa de la soberanía nacional, para desconocer apartados fundamentales del
tratado de libre comercio, como el papel de las empresas propiedad del estado
en el sector energético de nuestro país. Cuestionando la esencia misma de un
tratado comercial, como es la operación de paneles de consulta para vigilar
sectores de interés de Estados Unidos y Canadá, como la eficiencia de los entes
regulatorios mexicanos en materia laboral y energética, calificándolos de
intervencionismo de terceros países en las decisiones económicas internas de
México. Pero estos paneles de consulta y vigilancia son inherentes a la
apertura comercial de países que integran su economía entre sí mediante un
tratado comercial, que además se encuentran reguladas y limitadas en el mismo
tratado, el cual en este caso fue aprobado por el mismo gobierno del presidente
López Obrador quien hoy lo desconoce y pone en riesgo la relación comercial con
Norteamérica.
En conclusión, si bien el emplear a los migrantes en Estados
unidos no es una solución mágica para reducir su escasez de mano de mano de
obra, ya que en muchos sectores se requiere de trabajadores con cierto nivel
educativo o cierto grado de especialización, lo que además de la barrera del
idioma descarta a los migrantes para ocupar esos puestos, en definitiva si es
una solución parcial que reduciría la escasez de trabajadores sobre todo en
aquellos empleos que no requieren de mucha especialización y que requieren de
poca interacción con el consumidor,.
Pero de igual manera como la razón de fondo de la visita de Biden
y Trudeau a México, fue la de asegurar que México participe activamente en las
acciones necesarias para hacer posible la relocalización de fábricas a
Norteamérica, de esa misma manera Estados Unidos y Canadá deben flexibilizar
sus políticas migratorias para permitir la inclusión de inmigrantes en su
economía, ya que de no hacerlo el mercado laboral será un gran impedimento para
hacer posible el Nearshoring, entendiendo que el flexibilizar sus medidas
migratorias, implica el establecimiento de límites de visas y condicionantes
mínimas que deben cubrir los migrantes para obtenerlas, para que de esta manera
ambos países puedan mantener un control de su mercado laboral al mismo tiempo
en que reducen la escasez de trabajadores que está comenzando a afectar a
diversos sectores de sus economías.
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