Por qué México si debe abrir su espacio aéreo a la competencia
Apenas en el artículo anterior explicaba cómo aún sigue presente una ideología proteccionista en la mentalidad de muchos políticos y empresarios de nuestro país, como una de las muchas consecuencias de vivir en una economía cerrada mediante el Modelo de Sustitución de Importaciones. Afirmación que inmediatamente puede ser reafirmada por la campaña mediática que están implementando las líneas aéreas mexicanas y sus sindicatos, mediante una serie de notas informativas, columnas de opinión y comentarios en radio y televisión, que son un evidente cabildeo de una industria que durante toda su existencia ha sido protegida por el gobierno mexicano.
Y la razón por la que esta campaña de cabildeo de la industria aérea mexicana es más que una anécdota sobre la oposición de una industria a la competencia extranjera, es debido a la reacción tanto a favor como en contra que ha generado en la comentocracia mexicana, ya que podemos como a través de columnas de opinión intentan posicionar la narrativa de que el abrir el espacio aéreo a la competencia internacional, destruirá a las aerolíneas mexicanas y como consecuencia afectará a los consumidores, cuando en la realidad los efectos de abrir cualquier mercado a la competencia son precisamente lo contrario, y en este caso en específico basta con leer las quejas generalizadas de los usuarios en redes sociales hacia las aerolíneas que operan en el país, para entender los efectos que genera la falta de competencia, en los precios, la calidad del servicio y la falta de interés de atender nuevas rutas o atender aquellas con menor tráfico.
Pero la mayor sorpresa me la llevé cuando investigaba para escribir este artículo, y me di cuenta de que en este caso México no es una excepción en lo que se refiere a la falta de apertura del espacio aéreo, sino que alrededor del mundo son contados los países que se puede considerar que tienen un mercado de aviación abierto a la competencia internacional, y como ejemplo, encontré artículos de Estados unidos y Australia muy similares a los que se están publicando en este momento en México, lo que me lleva a hacerme la siguiente pregunta;
¿Por qué es tan importante para un país la industria aeronáutica nacional que debe protegerse?
Si bien no encontré una respuesta que justifique el por qué en el contexto de globalización que vive el mundo este momento, un país deba seguir manteniendo cerrado su espacio aéreo, más bien todo parece indicar que esta práctica es el legado de un contexto que dejó de existir hace por lo menos una generación atrás, ya que en la mayoría de los países las causas son meramente proteccionistas y en otros son el legado de leyes de seguridad nacional creadas durante la guerra fría, por lo que resulta más que sorprendente que al día de hoy, después de los grandes avances que ha logrado el mundo respecto a la globalización la industria aérea siga cerrada a la competencia internacional en casi todos los países.
En el caso de México los argumentos para justificar la falta de apertura del mercado aeronáutico mexicano se limitan a la protección de los empleos que esta industria genera, y garantizar la promoción turística de México hacia el mundo, pero estos mismos objetivos se pueden cumplir simplemente mediante regulación al sector, con la creación o modificación leyes que reglamenten estos objetivos y con la creación o fortalecimiento de instituciones que se encarguen de hacer cumplir esas leyes. Además, que si analizamos la condición en la que se encuentra la industria de pasaje aéreo de nuestro país, podemos encontrar que ni promueven el turismo ni salvaguardan sus empleos, como lo podemos ver con ejemplo como, el proceso de bancarrota que está afrontando Aeromar, el juicio al que los trabajadores de interjet tuvieron que recurrir para demandar el pago de sus liquidaciones, así como lo cerca de la bancarrota que estuvo VivaAerobus en agosto pasado.
Por lo que, las condiciones del mercado aeronáutico de México además de estar lejos de ser las ideales, presentan precisamente las condiciones que dicen generará la entrada de competencia extranjera, pues los problemas financieros que están afrontando varias de las aerolíneas nacionales, han provocado una mayor concentración de la oferta de vuelos y la cancelación de muchas rutas con menor tráfico, dejando a los consumidores de las ciudades que no pertenecen a los grandes mercados como Cd de México, Guadalajara, Monterrey, Cancún y Tijuana, cada vez con menos opciones lo que se refleja en el costo y en la calidad de los servicios.
Pero el hecho de que en el mediano y corto plazo la mejor opción para resolver los problemas de concentración del mercado de pasaje aéreo sea el abrir el mercado mexicano a la competencia internacional, esto no significa que no se necesite proteger los empleos mexicanos en el proceso, tal y como lo demandan las aerolíneas y sus sindicatos, lo cual es posible incluso aun abriendo el mercado a aerolíneas extranjeras, mediante la modificación de leyes y reglamentos que obliguen a aquellas aerolíneas que quieran entrar al mercado mexicano, a establecer bases operativas en aeropuertos mexicanos y operar con cuotas mínimas de personal mexicano en su tripulación.
Esto con el objetivo de evitar que, por ejemplo, aerolíneas estadounidenses operen vuelos nacionales desde sus sedes en Estados Unidos y con tripulaciones meramente estadounidenses afectando de esta manera a aerolíneas mexicanas y a sus empleados sin generar un solo empleo en el país. Además de regular condiciones justas de competencia para evitar que aerolíneas extranjeras ofrezcan vuelos a precios demasiado bajos con la intención de sacar del mercado a las aerolíneas actuales y volver a subirlos una vez que se queden con el mercado como lo hizo Emirates Airlines en el 2020 cuando comenzó a operar la ruta Barcelona – Ciudad de México.
Para de esta manera evitar la destrucción de la aeronáutica mexicana, garantizando condiciones justas de competencia, y si una o más aerolíneas quiebran a consecuencia de la competencia internacional, se garantiza que sus trabajadores sean contratados por las aerolíneas internacionales, debido a que necesitarían cubrir sus cuotas de personal nacional, además de que es de esperarse que una mayor oferta y la apertura de nuevas rutas se lograrán a precios más bajos, que a su vez incentivaran la demanda de vuelos a nivel nacional, lo que por consecuencia requerirá una mayor necesidad de empleados en el sector.
Y aunque la regulación a aerolíneas extranjeras que propongo en cierto grado representa la aplicación de limitantes proteccionistas ya que condicionan la entrada al mercado mexicano, estas regulaciones no serían mal vistas ni por la comunidad internacional ni por los mercados, ya que su objetivo final no es la de cerrar el mercado ni limitar la competencia, sino la de proteger al mercado laboral mexicano, además de que aun con estas condicionantes el mercado de pasaje aéreo mexicano seria uno de los más abiertos del mundo. Ósea dicho con otras palabras, las condiciones tan proteccionistas con las que opera la industria aeronáutica a nivel mundial hacen posible que México abra su espacio aéreo bajo sus propias condiciones, sin el riesgo de dañar su imagen con el resto del mundo.
Mientras que aún bajo estas condicionantes a la entrada de aerolíneas extranjeras al mercado de pasaje aéreo mexicano, se fomenta la inversión de nuevos competidores en el sector que puedan atender la demanda que un país del tamaño de México necesita, ya que la falta de competencia actual además de afectar la calidad del servicio concentra la oferta de vuelos en unas pocas rutas que cubren a las ciudades con mayor demanda como Ciudad de México, Cancún, Tijuana, Monterrey y Guadalajara, dejando al resto de las ciudades del país con poca o ninguna oferta de vuelos, lo que actualmente obliga a sus ciudadanos que viven en ciudades medianas o pequeñas a recurrir otras opciones de transporte.
En conclusión, lo más probable es que la propuesta del presidente de abrir el espacio aéreo mexicano no llegue a prosperar, ya que todo parece indicar que las intenciones detrás de esta propuesta son las de presionar a las aerolíneas mexicanas para que utilicen el aeropuerto Felipe Ángeles, y no la de resolver las ineficiencias del mercado de pasaje aéreo en el país, por lo que la confrontación que actualmente está generando esta propuesta entre la industria aeronáutica mexicana y el gobierno federal, muy seguramente terminará resolviéndose con una negociación donde las aerolíneas mexicanas se comprometan a utilizar el aeropuerto Felipe Ángeles. Perdiendo la oportunidad de resolver gran parte de los problemas que afectan a este sector y que afectan a los consumidores mexicanos tanto con altos precios y cargos desmedidos al equipaje y otros servicios esenciales para los viajeros, pero que la industria cobra como si fueran complementarios, lo que ejemplifica el generalizado mal servicio que afecta a los usuarios.
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